ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

domingo, 27 de mayo de 2012

Juan y Maria Parte III


Ellos buscaban infructuosamente la salida, pues de vez en cuando, aunque fuese muy de vez en cuando, se encontraban casualmente.
Y vivían momentos intensos y apasionados. Pero sin palabras. Sin gestos, sin manifestaciones de sí mismos.
María lo había logrado en parte, había hecho que el hombre que ella miraba con críticas y desprecio, se tornara un doble.
El había renunciado a su identidad.
Ella renunció a su ideal.
Y seguían juntos.
Sin posibilidad tampoco de separarse, ambos dependían uno del otro.
Porque necesitaban quejarse, pues era el deporte elegido para mantenerse vivos.
Y seguían subidos a la rueda del hámster. Sin moverse pero agotados de caminar en forma constante.
Juan perdía la vida a diario, y María sentía el peso de tener que reanimarlo continuamente.
Pero ninguno podía darse cuenta que ella era simultáneamente la asesina y la heroína que salía a socorrerlo.
Por que no lo dejaba morir de una buena vez?
Era una forma de disfrutar de una pobre alma moribunda?
O era el único ser al que podía destruir sin que opusiese resistencia?
Ella lo amaba y lo dejaba recuperarse, para volver a darle muerte, sistemática y consecuentemente.
Un ciclo sin fin, un ciclo eterno
Pero Juan estaba abatido, cansado y había decidido bajarse.
Esta vez era una acción imprescindible.
Juan había sido paciente miles de veces. Juan entraba y salía de las depresiones como María lo hacía del auto.
Juan tenía taquicardia, y pánico y miedos casi injustificados.
María volvía a la carga.
Pero se amaban o necesitaban vivir en medio de algo que si bien les resultaba una desgracia y una queja, les era conocido y familiar.
María era demasiado controladora. María medía cada acción en términos económicos.
María quería tomar decisiones todo el tiempo.
Juan era indeciso.
Juan no podía elegir entre más de dos opciones.
La única cosa clara era el darse la espalda en la cama, como una señal de muerte del deseo. Las peleas, los reclamos, los enojos hicieron polvo el amor eterno que se juraron.
Así estaba sentado ese día, frente a la puerta.
Mirándola como un niño mira la vidriera de una juguetería, fascinado pero limitado por lo inaccesible de sus capacidades.
Juan quería seguir con la mujer que había conocido. Juan reía a carcajadas en el principio de la historia.
Porque ella era ocurrente, y protectora, positiva y enérgica, organizada y operativa.
El creyó que dejarla ocuparse iba a hacer su vida más fácil.
Mucho más amigable.
Pero María tenía demasiada energía.
O lo arrastraba, tironeándolo a la fuerza, marcando un surco mientras lo hacía, suficiente como para luego reprocharle su pasividad, o argumentando que debía empujarlo, pero totalmente sola.
María vivía quejándose de su soledad acompañada, y Juan de su compañía opresora.
Y Juan siguió pensando en lo que había hablado ese día en la consulta con la psiquiatra.
Había salido un poco descolocado.
Fue a buscar consuelo, aunque sabía que no era ese el objetivo de una terapia, fue a buscar respuestas y volvió saturado de preguntas.
Sería acaso posible?
Podría entender que todo lo que lo había atormentado en medio de la inacción y el ocultamiento tenía nombre?
Pensó que para pensar mejor, podría salir a caminar un rato. Sorprendido de repente, en medio de una acción y una iniciativa, tomó las llaves y salió casi sin dudarlo.
Sentía el cambio inminente.
Podría acaso María acompañarlo? Quería él que esa María, su carcelera lo acompañe?
Y sin saberlo aún, María volvía ese mismo día a su casa, repasando en su mente una y otra vez el mail que había recibido en su oficina.
De la psiquiatra de Juan, que muy gentilmente se había presentado, pidiéndole que tuviese a bien leer el material adjuntado. Era algo así como un termino enfoque psicoeducativo para familiares de personas con Deficit de atención e Hiperactividad.
Suponía que debía encontrarlo a su marido en él.
Un adulto que aparentemente tenía un trastorno. Ella siempre sintió que era diferente.
Si, un adulto desatento, desorganizado, pasivo, tímido, confuso, y complaciente, de poca iniciativa, dudoso, y constantemente motivado por ideas nuevas, que solo llegaban a la pista de despegue, pero carreteaban pocos metros y se iban de allí a los hangares.
Pero volvía caminando, desconcertada.
Volvía repitiéndose una y otra vez las frases encontradas...
Personalidades también Hiperactivas, impulsivas, poseedoras de una enorme e inagotable energía, poco tolerantes, exigentes, inflexibles, rígidas y tremendamente críticas...
Dueña de una fuente inagotable de ideas, pero con pocas terminadas. Mucha cáscara y pocas nueces. Quien le habría contado a esa misteriosa psiquiatra que ella también estaba escondida detrás de la máscara de la eficiencia?
Volvió así a su casa sin reparar en el camino, siempre había manejado rápido, le gustaba manejar con mucha adrenalina, le gustaba empezar cosas nuevas.
Había estacionado el auto en la cochera, y lo había hecho casi con la pasividad que Juan mostraba.
Sin reparar que esa conducta era una de las tantas en recibir sus dardos y sermones.
Era tan crítica con los errores de los otros que nadie podía accionar cerca suyo.
Como le había sucedido a Juan.
Aquel hombre seductor, y apacible que le brindó el oasis de la calma que nunca pudo generar por sí misma.
La verdad reveladora era una sentencia de muerte.
Pero no para su matrimonio.
Para la máscara.
Llegó a su casa asombrosamente tranquila, como en automático se quitó el sacón.
Lo dejó tirado sobre el sillón del hall, igual que hacía Juan cada vez que regresaba, dos minutos antes que ella destruyese su accionar con miles de comentario negativos.
Caminó hacia la cocina, sin reparar en mil cosas que estaban fuera de lugar. Estaba absolutamente hipnotizada por la verdad reveladora.
¡Ella, ella había sido descubierta! Y ahora que iba a decirle a Juan?
Mientras tanto, Juan ponía sus llaves en la cerradura de la puerta de entrada.
Venía pisando más fuerte.
Venía sintiendo que la energía volvía a su cuerpo.
Juan no estaba moribundo, alguien le dio esperanzas de vida, respiración boca a boca.
Retumbaban las palabras de alivio, una y otra vez. TDA, trastorno por déficit de atención.
Una y otra vez sonriendo las repetía, mientras juntaba a su paso, el sacón que vio tirado fuera de lugar.
Llegaron juntos, pero sin cruzarse.
Ella inmersa en el silencio de la verdad mas seductora y paralizante, él envuelto de una melodía que casi sin darse cuenta transformada en silbido.
Un silbido alegre, que despertó del ensueño a María que salió corriendo en su búsqueda.
 Y pudo abrazarlo en silencio.

Fin.

Pocas historias de parejas donde el Deficit de Atención se encuentra si diagnóstico tienen finales felices.
Los conflictos, y la gran insatisfacción crónica dejan rehenes a muchos sujetos sin oportunidades.
Pensalo. Podemos cambiarlo si salimos a divulgar la existencia de este problema.
Gracias¡


Norma Echavarria
copyright. 2007-2012

2 comentarios:

  1. Muy lindo el relato... me hacia acordar a mis vivencias, salvo en el final. Como decis, pocas historias de parejas con thda tienen un final feliz.
    Saludos Norma.

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