ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

lunes, 21 de abril de 2014

Mi primer escrito acerca del TDAH en adultos. 17 años después...

Adultos Hiperactivos? Adultos Desatentos?
Cuando los niños crecen

Hace 17 años, llevé este escrito a un Profesor de la UBA, para que me dijese que opinaba. Después de mirarlo, y generar varios cambios, cuestionó seriamente la apertura con la que yo deseaba tratar el tema. Norma, dijo, vos no podes decir que tenés TDAH. Sería una locura hacerlo.
Enorme mi desilusión, quedó encajonado por 6 años.( poca seguridad en mi misma, la de entonces), pero al parecer resultó interesante porque alguien tomó mi material como inspiración para su trabajo.
Luego fue convertido en el primer material de psicoeducación para quien llegase a mi consulta y creyese que podría tener este problema. Solo tiene un cambio realizado porque el DSM 5 varió la edad de inicio requerida. El resto, tal cual sigue formando parte de una mirada clínica del TDAH en adultos.
Tanto es así que entre los ejemplos del desorden, están los CD s que ahora diría entraron en el olvido, desde que todo se baja de la web....
Pero sirve para que lean desde cuando ya se hablaba de disfunción ejecutiva...

Después pude ponerme de pie, y transmitir en mis conferencias, que mi propio TDAH era el mejor ejemplo de que aún con este problema se crece y pocos psiquiatras lo ven. Y que no todos los adultos con TDAH son quienes fracasaron en el colegio. De hecho, fui siempre una de las mejores alumnas, y tengo diploma de honor de la universidad de Bs As la mas prestigiosa para estudiar Medicina aún en Latinoamérica.

Mi propia psiquiatra interpretó mis múltiples olvidos y pérdidas infelizmente desde la interpretación salvaje del psicoanálisis. Su infeliz intervención: Y también perdiste un hijo...Cuando de todo lo que he perdido en mi vida, jamás se me hubiera ocurrido asociar la muerte de mi primer hijo, con mis pérdidas por desatenta.

No dejen que les engañen, que les convenzan de que este problema es un invento.
Que cada profesional no educado, que cada profesional ignorante se eduque.
Pueden leerlo, pueden guardarlo, solo lo comparto para que entiendan cuando empezó este camino en mi lucha para que no queden mas sujetos afectados por TDAH sin ser diagnosticados ni tratados.
Mil gracias a todos
Norma Echavarría


Mas allá de la Hiperactividad o la Inatención

Si bien  la actual difusión del Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad, TDA/H, en el marco de la neurología, la neuropsicología, y la psiquiatría infantil, es reconocida y genera aún polémica, el desconocimiento que existe entre aquellos que trabajamos con adultos, en este tema, es lo que genera mi revisión del mismo.
Un 60-70 % de los niños con éste trastorno mantienen los síntomas en la adolescencia, y un 50% de ellos, en la vida adulta.
Los adultos con este trastorno no deben ser considerados como presentando un “Déficit Atencional sin remisión”,” ni como TDAH residual”, sino que el mismo trastorno puede presentarse en diferentes etapas de la vida del individuo, con características  independientes y propias.
Si tenemos en cuenta que la tasa de prevalencia del T.D.A/H es aproximadamente del 9%, en la infancia, nos encontramos con una cifra mas que interesante.

Estamos frente a un nuevo desafío diagnóstico.

Si el diagnóstico del Trastorno fue realizado en la infancia, es mas sencillo presuponer que la consulta en la vida adulta pueda estar relacionada con la persistencia del mismo.

En algunos casos el seguimiento de los niños con este problema, se plantea como norma del tratamiento, en otros casos no.
En los casos en los que el trastorno no es diagnosticado en los primeros años, puede llegar a la adolescencia o la vida adulta sin hacerse un diagnóstico ,y recién allí ocasionalmente o por la presencia de una comorbilidad, ser detectado.
  
¿Y qué de aquellos adultos que hoy llegan a la consulta , por un  “Trastorno del ánimo” (distimia, depresión mayor recurrente, Trastorno bipolar , etc.), o un “Trastorno de ansiedad” ( T.O.C., Trastorno de angustia, T.A.G, Ansiedad Social, etc.), u otros, o traen un problema ignorando que aquello que consideraron “ su forma de ser”, y que nunca pudieron entender, o nadie pudo explicar, hoy puede tener una respuesta?


¿Cuántos, de éstos trastornos son  en realidad “ la cara “visible” del problema central?
El lado oscuro de la luna, es en realidad un Trastorno de déficit atencional que no ha sido diagnosticado.

Pero, ¿podremos intentar hacer un diagnóstico retrospectivo de T.D.A./H., para poder incorporarlos al grupo de pacientes que mantienen los síntomas de ese trastorno en su vida adulta?

Si bien la forma mas frecuente de encontrarse en el consultorio con un sujeto que presenta este diagnóstico, es a través de  una comorbilidad, no son pocos los casos que llegan tan sólo con los conflictos que le ha acarreado a lo largo de su vida, un Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.

Estos “niños-grandes”, son adultos que pueden relatar perfectamente toda una serie de características que consideran “su forma de ser”, muchas veces en un relato cargado de ironía y humor cínico.
Han arrastrado un problema, “toda su vida”, sin que nadie les pudiese explicar que extraña alquimia era la responsable de tantos “desastres” acopiados en sus curriculum.


Si bien el objetivo de este trabajo es considerar el desafío diagnóstico del T.D.A./H en los adultos ,debemos realizar un  recorrido por los síntomas que permiten reconocer este Trastorno, dado que resulta indispensable que el reconocimiento del problema se haga a partir de la presencia retrospectiva de los síntomas en la infancia, antes de los 12 años.
Si bien el objetivo final es establecer un diagnóstico, lo principal es encarar el problema mas allá de la Hiperactividad y el Déficit de atención.


I) Impacto del Trastorno, en el ámbito de la Familia y del niño:


El arribo de los padres a la consulta suele ser a través de las dificultades escolares del niño. El docente, o la psicopedagoga del colegio en el mejor de los casos, notan que existe un problema.
Hoy existen elementos de presunción diagnóstica en etapas preescolares, lo que nos llevaría a poder aproximarnos a un diagnóstico lo suficientemente precoz como para disponer de herrramientas útiles, tanto a padres como docentes.
Los padres llegan abrumados con una larga lista de quejas y problemas que los acompañan en algunos casos desde el nacimiento de estos niños.





Cómo se manifiestan estas conductas?

Cuando existen síntomas precoces del trastorno éstos predisponen a los padres a enfrentarse a un niño  “diferente”, la hipersensibilidad y la baja tolerancia a la frustración los lleva a tener que lidiar con un conflicto casi continuo en su casa.
La tensión  lleva a una retroalimentación positiva de los síntomas negativos.


Si tienen varios hijos las discusiones y el clima del hogar se tornan cargados de irritabilidad.
La actitud frente a los adultos, de desobediencia, (que en realidad, no es tal, dado que estos niños no pueden procesar la orden dada), genera en los padres o cuidadores frecuentes castigos y penitencia, sin saber éstos últimos que éstas medidas incrementarán los síntomas de oposición.

Son niños frecuentemente muy cariñosos y afectuosos, que necesitan muchas veces una demostración de afecto permanente, ser el centro de la atención entre los suyos y en sitios a los que concurren.
Esto los lleva a tomar el rol del payaso o el gracioso, sumamente atractivo al principio, pero negativo luego, ya que el niño no acepta que la función debe terminar.

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Estar al cuidado de un niño con este trastorno suele ser agobiante, la alta demanda en su cuidado, y el peligro constante por los accidentes a los que el niño puede exponerse por su constante inquietud o búsqueda de novedades, deja huellas de “cansancio” en sus madres.
Son a veces tan impulsivos o discoordinados motrizmente, que parecen torpes en los movimientos, se golpean, se caen,  manchan la ropa recién puesta, en situaciones donde un niño de su edad ya no lo haría.
Esto explica la frustración y la sensación de “culpa” que muchas veces registran las madres.
Como el trastorno es mas frecuente entre los varones (3:1), y entre éstos es mas frecuente “a predominio Hiperactivo”, nos encontramos frente a niños muy inquietos que trepan y saltan sin parar, y que por la impulsividad suelen romper los juguetes suyos y de otros niños, lo que vuelve al circuito cercano alerta cuando éstos niños van de visita, apartándolos poco a poco de las reuniones sociales.
Sus antes amigos, dejan de serlo, dejándolos afuera de las invitaciones sociales.
Esto no contribuye como es de esperar, a que tengan amigos, cuestión por la que sufren mucho, volviéndolos mas retraídos y a veces mas irritables lo que los ingresa en un círculo vicioso negativo.

Cuando son simultánea o predominantemente desatentos los olvidos frecuentes de objetos personales, (mochilas, útiles, libros, llaves, hojas de trabajos, juguetes, ropa, etc.) les genera vergüenza, siendo por ello generalmente objeto de la burla de los demás.
Por la vergüenza que les genera darse cuenta de los olvidos de objetos, encargues, o tareas, de los accidentes con la ropa, o sus “marcas de guerra”, suelen inventar historias, que les ayudan a sentirse menos inadecuados frente a los otros.
Como son rápidamente descubiertos, se les agrega el rótulo de mentirosos, cuando en realidad solo buscan ocultar las fallas ingobernables a su voluntad.

Son muchas veces detrás de tanta graciosa hiperactividad, y tanto “show”, niños sumamente tímidos, y vergonzosos, también esto último puede ser el representante de una comorbilidad frecuente como lo es la Ansiedad Social.

martes, 1 de abril de 2014

Fragmentos de un colapso cotidiano



   
Sentada frente al escritorio, rodeada de papeles y boletas para ubicar, su mirada se desviaba incesantemente hacia la ventana que daba al jardín.
Frente a la realidad que la inundaba y la llenaba de agobio, el verde que era una invitación a la tranquilidad, no era más que otra forma de escapar.

Sosteniendo su cabeza, y a su vez dejándola caer, el peso de la historia la abrumaba nuevamente y la obligaba a partir.

Siempre se preguntó como cualquiera fuese la situación, siempre volvía al mismo lugar.

Era la sensación de agobio, y una preocupación constante lo que se repetía.

Sentada frente a la interminable y desordenada pila de papeles, que parecían reproducirse día a día, necesitó encontrar finalmente la salida del laberinto de su vida.

Siempre lo mismo, enfrentar a diario muchas más tareas de las que en realidad podía manejar.
¿Pero cómo llegaba siempre allí?

Si bien fue una cualidad suya tener miles de ideas, sabía que caía en la trampa de darles curso, y arrancar con proyectos que en un principio eran mucho más que eso, eran algo así como una rampa de despegue.

Así lo sentía, una y otra vez.

Las ideas fluían en su mente como si partiesen de una vertiente, o de un pozo de petróleo que en forma ingobernable la inundaba sin tregua.

Tener ideas nuevas, originales permitía darle un lugar a su gran imaginación y don creativo.
Siempre tuvo una fortaleza en ello.

El gran problema es que ese flujo incontrolable se tornaba su enemigo a corto plazo.
Ideas que desviaban sistemáticamente la atención que debía seguramente estar asignada a otro proyecto en curso.

Así había llegado a la pila de papeles, y proyectos que parecían con su sola presencia decir “hazte cargo”.

La presión creciente, la ansiedad y la preocupación limitaban entonces el entusiasmo.
La motivación se derrumbaba y daba paso al aburrimiento y en ese terreno fértil nacía otra idea llena de la energía de la novedad.

Ella se había dado cuenta que su mayor enemigo vivía en su interior.

Por más que repitiese, “no debo abandonar mis proyectos”, la seducción de la novedad era tan poderosa que vencía una y otra vez.

Su gran imaginación le permitía imaginarse sentada en medio de un enorme espacio, totalmente atrapada entre miles de cajas.

Cajas de muchos tamaños y aspectos, algunas sumamente pequeñas, otras enormes.
Todas de diferente origen, pero con los resabios de aquello atractivo que le hiciese darle ingreso.
Allí a través de esa imagen pudo descubrir que las cajas, que la atrapaban y no le permitían accionar, no surgían solo de su capacidad creativa.
Muchas de las cajas venían del afuera.

Estas múltiples tareas que finalmente se traducían en la presión que la aplastaba, venían también de lo que los demás depositaban en ella.

Algunas oportunidades debido a que los demás veían en ella una enorme capacidad de abarcar y una gran energía al hacerlo.
La velocidad, su accionar en varias áreas simultáneas, daban al resto una impresión de eficiencia y seguridad.

Ella disfrutó siempre de poder accionar en simultáneo.

Así aprendió a lidiar con el tremendo aburrimiento que sistemáticamente la invadía cuando bajaba la velocidad.
Entonces con el beneficio mutuo inicial ella aceptaba con agrado no solo hacerse cargo de sus ideas y proyectos sino también de ayudar a los demás en los suyos.
Así era como entraban cajas y más cajas sin cesar.

Estar sobrepasada, la dejaba no solo en permanente tensión, sino tan ocupada, que le era imposible planificar ninguna actividad recreativa o social.
Encerrada en un círculo de cajas quedaba oculta y sola.
Sola como se sentía esa tarde.

Que enorme paradoja…. Ella que no podía parar de accionar, y en su accionar descontrolado, se generaba la parálisis, el agobio y la angustia que detenían su crecimiento.