HISTORIAS CON PARECIDOS

María, desempleada y sin un taco.

María era una mujer joven todavía. 


Cansada, despues de trabajar todo el día, apenas cubría los gastos de su casa. 

Separada, ni se imaginaba aún la posibilidad de pagar los honorarios de un abogado, todavía llevaba oficialmente el apellido de su marido.
De regreso rumbo a su casa, volvía sin mas aliento que el que le daba ver a sus pequeños hacer sus tareas, ayudarlos a veces, pero para jugar eso si, no tenía tiempo.

Otra vez el desempleo. 
No duraba en ningún sitio.
Ella convencida de que era su culpa, ya mas que salir en busca de un nuevo trabajo, salía a mendigar la limosna de un sueldo, cual subvención que se le da a un discapacitado.
Así se sintió siempre. 

Convencida tras años de noviazgo y matrimonio con Juan (que se encargó de remarcarle que nada hacía bien..) ella se sentía siempre menos.

Le costó siempre tener amigos, sentir que podría tener algo que compartir sin alguna burla, le costó sentirse bonita, aunque su padre siempre se lo decía. 
Desaliñada, llegando tarde, siempre manchada y desprolija, ignorando los porqué sentía verguenza de hacerse presente.

Le costó horrores terminar el colegio, aceptando su falta de capacidad para recordar lo que leía, despues de mucho intentar colgó la toalla y renunció a ser Universitaria, ni siquiera un Terciario pudo.
Postularse nuevamente a trabajar, tras la separación fue como un casting para miss Universo, sintiendose fea...

No había podido hacer mas de un semestre en cada carrera, estudio o emprendimiento que intentase.
Volviendo a casa, sin la sensación de una salida clara, sentía el peso de la dependencia, ahora de sus padres, con los que vivía porque Juan seguía disponiendo de pasarle el dinero que él quería.
Y así aceptaba sus demandas antes.
Pero entonces recordó la liberación que le produjo la partida de su marido. 

Ya no había mas críticas, ni caras, ni ira descontrolada, porque olvido pagar alguna factura.


Al menos, despues de todo, algo de lo que vivía a diario la favorecía.
Pero no fue ella la que cortó las agresiones, pues ampoco sabía enfrentar conflictos.
Ella solo salió sorteada con la calma, porque Juan decidió cambiarla por una Barbie, casi literalmente.

Apurada para llegar a su casa, no se dió cuenta que omitió una parada, y corriendo apurada para cruzar  por el puente, se le terminó de romper un taco.

Mas de lo mismo, porque ahora volvería a casa, y su madre le recordaría que era un desastre.


Norma Echavarria
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