ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

martes, 10 de julio de 2018

Melodías Dispersas en el horno



Contar anécdotas de olvidos, teniendo TDAH, en alguna reunión puede resultar gracioso.
Vivir con TDAH es algo mas complejo que vivir esos relatos en forma dispersa.
Es como ir en bicicleta por un camino de cornisa, diría.
A veces las bajadas son divertidas y cero esfuerzo, pero con riesgo de desbarrancar en una simple maniobra.
A veces, diría la mayor parte el camino es de subida, con piedras y pozos poco amigables.

Incontables fueron las oportunidades en que recibí ayuda de mis padres.
Ambos. Cada uno a su manera. Y siguen haciéndose presentes.
Aprendí a cocinar con Renée, a tejer, a coser disfraces, a pintar, a decorar tortas, y a encargarme de cada decoración de cumpleaños. Y tuve muchos cumpleaños a mi cargo. No por obligación pura elección propia. Aprendí a cuidar de mi familia, y velar por ellos siempre. Ella fue quien nos compró nuestros primeros libros. La colección Iridium de novelas: Mujercitas, Señoritas, Lassie y Priscilla, Jane Eyre, y eran devorados de un saque. Mi imaginación y mi ansiedad por saber el final podían mas que mi dispersión.

Aprendí a estudiar de la mano de Abel, y con su entusiasmo aún hoy muchos pacientes míos, mas allá de mis hijos siguen heredando a traves mío ahora, su método. Aprendí a divertirme en el pizarrón que él instalase. Me gustaba saber, y era divertido hacerlo a su lado.
Aprendí a pasar cables, a cambiar enchufes, a pintar y a reparar todo lo que puede romperse en una casa, hasta le ayudé a reparar el techo de nuestra antiguo chalet de tejas cuando solo tenía 11 años.
Lentamente fui sumando habilidades que me hacían sentir mas poderosa frente a las adversidades.

En muy poco tiempo, mi libro será un hecho.
Melodías Dispersas está ya en manos de la Editorial Bubok, la que con esmero elegí para ello.
Será un libro que me permitirá compartir con todos, muchas historias de vida, que si bien son ficción bien podrían ser parte de la vida de cada uno de nosotros.
Mis padres son mis mecenas hoy, como lo fueron incontables veces haciéndose cómplices de mis sueños..
Hoy el libro ya está en el horno!

A ellos mi eterno agradecimiento y no es poco, tenerlos para que ambos sean los primeros en haberlo leído.

Quería compartir este momento con Uds.
Gracias y pronto tendremos Libro:
MELODIAS DISPERSAS.. proximamente...

Norma E








sábado, 26 de mayo de 2018

Trabajo y TDAH: Trabajemos por ellos

Tener TDAH y ser adulto, por suerte ya no es ser un bicho tan raro.

Se habla un poco más, aunque me resulta incomprensible ver dividida la opinión en bandos entre quienes creen y no creen.
Como si algunos descreyeran que la tierra gira alrededor del sol.
Pero regreso al punto que hoy me convoca.

Trabajo desde muy joven, estudiar y trabajar fue siempre algo que hice.
Pero hacerlo teniendo este “desorden”, es una garantía de vivir estresado.
Un adulto aparte de enfrentarse con su problema, debe lidiar con generarse el ingreso para sostener una vida independiente y crecer consolidandose en una familia.
Muchos no logran ni entrar en esta etapa.

 El diagnóstico y la medicación en mi caso ayudaron muchísimo, pero sigo sintiendo que vivir con TDAH requiere de mucho más que su tratamiento.

Requiere aceptación, adaptación y mucha resiliencia.

Cuando alguien capaz, inteligente, con muchos talentos no logra ingresar al carril laboral como merecería me duele y mucho.
 Yo agradezco mi trabajo, pero se que sería 10 veces más efectiva de no haber tenido TDAH.

Me duele ver como personas brillantes, van empezando y abandonando distintos trabajos, y encuentran en el subempleo un clásico. “Casi ingenieros”, “casi docentes”, “casi técnicos” los deja en esos puestos de trabajo de relleno, donde alguien (que obviamente se beneficiará de su inteligencia), sólo pagará el jornal de un operario sin ninguna preparación.

 “Casi en todo”, es peor que nada.

Esto es una de las razones por la que veo en las consultas los frecuentes cambios de trabajo.
Cambios de carrera, cambio de rumbo, nuevos proyectos, nuevos planes, sueños reeditados, hasta que quedan en pausa. Algo así como un mecanismo de supervivencia, donde cambiar les renueve las esperanzas de salir del pozo “de la nada misma”.
 Reviven liberados, felices y con ganas de tragarse el mundo, hasta que sus pocos recursos económicos los devuelven a la búsqueda de otro espacio condenado a morir antes de ser siquiera un proyecto.

Sin desafíos, con una motivación inconsistente, un desempeño errático, ausentismo importante, fallas en la ejecución de tareas...probablemente no solo se vayan sino muchas veces son quienes los emplean los que los invitan a irse.
 Charlé con varios adultos de capacidad intelectual muy alta, que prefirieron ubicarse en áreas laborales concretas, simples, manuales.
Operarios, choferes de larga distancia, artesanos, que ignorando la razón de la elección, buscaron HACER, trabajos mecánicos, manuales.

Fallando las funciones ejecutivas cerebrales, es bastante comprensible optar por algo tangible. Muchos de ellos si acceden a un tratamiento, pueden volver a estudiar y elegir cómo hacerlo.
 Estudiar implica “capacitarse”. Incorporar herramientas, si logran acreditarse para acceder a mejores puestos. Muchos son autodidactas, por intolerancia al aburrido y mediocre sistema educativo. Lastima que siempre llega el momento en que alguien les pide el diploma.


 Acceder a mejores opciones, al menos mejor pagas es algo deseable. Pero estudiar formalmente, implica quedarse allí el tiempo estipulado, siguiendo reglas, cumpliendo consignas y aceptando plazos impuestos. Aprobando exámenes, cumpliendo con el presentismo mínimo y un programa lleno de información inútil: algo que se torna parte de un círculo aburrido. Vencer esa inercia implica tornarse (para los que pueden), buenos en algo que aprenden solos.

 Son autodidactas creativos, entrepreneurs, grandes inventores, generadores de ideas que pocas veces se tornan posibles.
A no ser que encuentren un socio que baje sus sueños y les de forma de proyecto.
 Invierten horas, semanas, años, en armar y construir grandes empresas, que pocas veces generan ganancias. Trabajar es la etapa que asumimos en forma imprescindible para abastecernos cuando nos independizamos de nuestros padres.


 Conozco muchos padres que “pseudo independizan” a sus hijos: comprándoles el departamento o la casa, el auto.Dándoles un puesto inventado en sus empresas, por portación de apellido; sin saber el enorme daño que le generan.






No hay manera de sentir bienestar si nuestro accionar está plagado de obstáculos, o repeticiones. Una rueda de hámster en la que caminar deja de ser algo elegido, en la que lo único sano es pensar en bajarse.
Falla primaria en la estructura, en las funciones básicas como organizar el tiempo, comer y dormir en forma ordenada, vestirnos y presentarnos con otros para hacer lo que elegimos, puede llevarnos al fracaso diario. Algo aparentemente simple, es casi impensado para quienes tienen TDAH y no lo saben, o lo saben pero no hacen algo para mejorar su interferencia.

Aquel que sabe que sus frecuentes fallas tienen una causa ajena a su voluntad, al menos deja de golpearse duro, de vivirse como inútiles, o incapaces. 



Obviamente a consecuencia de semejante frustración y fracaso anunciado, protegerse del dolor es el primer escape: la cama, la casa, el teléfono, los jueguitos, la play, la comida, el cigarrillo o el faso, el alcohol, o lo que tenga a mano para distraerse acá sí en forma voluntaria.
La búsqueda de un sitio donde no llegue el tsunami de las críticas, los misiles de los reclamos, la realidad de la falta de dinero, la soledad o lo que nos toca.

 Tener TDAH no es un chiste, ni una moda, ni un invento para vender medicación, ni para explicar la vagancia.
Tener TDAH es un serio problema para la persona que lo presenta y su familia: cuando logra mantenerla cerca, porque muchos se cansan y lo dejan solo.

 El costo público de tener TDAH lo planteé en la disertación organizada en el Senado a fin de año, casi dieciséis mil euros por año por persona.
El costo privado (lo que deja de ganar y gasta debido al TDAH quien lo presenta) es de nueve mil euros.
O sea el costo social es de casi veinticinco mil euros por persona por año (la data es de los países bajos, pero estadísticamente se ha evaluado similar en diferentes países)
¿No podríamos hacer algo para evitar seguir perdiendo tanto?

 No hablo solamente del costo público, o económico.
 Muchas personas con este problema se suicidan frente a la visión de su NO SALIDA.

 Muchos caen en las redes de adicciones, alcohol, drogas.

 Muchos otros encuentran la muerte como consecuencia de su descuido personal, o de su impulsividad en el manejo o en sus emociones.

 Vivir con TDAH es altamente doloroso.
 Sufrimiento inútil cuando el tratamiento mejora el problema casi en un 80%.
 La medicación es carisima, la asistencia pública casi inexistente, ¿no es hora de darnos cuenta que la población afectada por este problema es un cinco % del total de nuestro país?

 Invertir en vez de creerlo un gasto, es la respuesta.
 Invertir en capacitación de los profesionales de salud y educación, en servicios preparados para el diagnóstico temprano, y para abastecer de recursos que permitan el acceso a la ayuda, nos daría una idea de lo que un verdadero cambio implica.
 Es momento de dejar de pensar que el TDAH es solo cosa de chicos, o solo tiene que ver con aquellos que estudian.
 El terreno laboral es un campo minado, al igual que la escuela para los niños.

 Ni hablo hoy de los costos que tienen para las parejas, los hijos, los que comparten la vida con un adulto afectado.
Hagamos algo diferente hoy. Dejemos las creencias de lado, que no admite la opinión cuando tenemos suficientes afirmaciones y datos, hechos y hallazgos neurobiológicos como para empezar a hacer en vez de discutir.

 Casi un millón y medio de argentinos, de la población mayor de 18 años tiene TDAH.
 Un sesenta % de ellos, alguna vez pidió ayuda profesional pero no fue visto.
 Un veinte % recibió diagnóstico pero menos de la mitad fue tratado.


Si no tenemos respuestas, salgamos todos a pedir por ello.


 Los que hemos logrado obtener un tratamiento, debemos ponernos de pie por los miles que ni siquiera lo saben.
Hagamos algo, ser protagonistas es la única opción si queremos un verdadero cambio.

Estás invitado a sumarte a hacer visible el TDAH, también sabiendo que no solamente son niños los que sufren por ello.
Cuando tus hijos crezcan sabrás porqué mi insistencia.

Gracias.

 Norma Echavarría
Médica Psiquiatra.
MN 71690 MP 441033

viernes, 16 de marzo de 2018

Crear o Destruir, todo se enseña






Volví esta semana, a escuchar a alguien sentirse 
identificado con ser un ¨cazador¨.
No porque tuviera en su historial presas colgadas de 
alguna pared, nada mas distante.
La referencia relacionaba la definición de tipos de roles en las personas.

Los cazadores, los recolectores y los agricultores .
Inquietos, arriesgados, nómades, exploradores los 
primeros;  observadores, pacientes y 
selectivos los segundos; metódicos, trabajadores estables y organizados con disciplina  los 
terceros.

Me resulta simpático imaginar a alguien hoy cazando proyectos, abriendo caminos, y claramente
detrás de nuevas oportunidades, alta velocidad de migración las presas.


Quienes somos en la vida podría dividirlo desde mi 
observación en dos criterios,
aclaro que no es resultado de una investigación científica, es una conclusión de mis observaciones.
Están:


1.Los que construyen . Son personas que no sólo tienen ideas nuevas, sino que se animan a
llevarlas a cabo. Son personas con capacidad para 
observar detenidamente los diferentes procesos.
Buscan optimizarlos, porque son inquietos y no soportan
las esperas.
Quien construye tiene en su mente la necesidad de desarrollar algo que por ser
innovador implica riesgo, generará un trabajo, y tendrá altas chances de fracasar múltiples veces.
Hará muchas pruebas y ensayos, deberá atravesar su propia frustración y las críticas,
las limitaciones, las dificultades que generará el solo hecho de atreverse a hacerlo.

Pero su motivación es HACER no quedarse.
En verdad no pueden pasar tampoco, demasiado tiempo sentados disfrutando lo creado.
Terminan y parten. No saben manejar las rutinas que surgen cuando todo está completo,
porque se aburren, porque son predecibles. Crean algo nuevo, con nuevos rumbos
Así circulan. Nómades. Creadores de tendencias.

No hace falta que sean arquitectos, ingenieros, carpinteros, mecánicos o cocineros.


Todo el que construye se anima a poner el primer ladrillo o a buscar lo que necesita para hacerlo.
Son audaces aun cuando se muestren socialmente 
tímidos.
Quien construye, muchas veces rompe los paradigmas 
vigentes, y hace el cambio que luego otros
tomarán como plataforma de trabajo.


Hay para mi dentro de este grupo una categoría de 
constructores que son muy buenos copiando,
diria yo son cazadores de ideas sueltas.
No están gobernados por la pasión de los primeros, sino por el interés económico,
o su propio ego pueden llevar la construcción original a un nuevo puerto altamente rentable.
Cosa que los constructores creativos muchas veces no logran.
Raros son los casos de híbridos constructores pero conozco algunos.
Igualmente ambos serán responsables de crear nuevos espacios, nuevas modalidades de trabajo,
optimizaran los recursos, abrirán caminos.


Y están los otros:


2.Los que solo habitan.  


Muchas personas entran en esta categoría. Que puede ser en algo parecida a  la de agricultores.
La mayoría de las personas en la sociedad, son habitantes. Followers.


Buscan entre las ofertas construidas, eligen,
comparan, y toman su espacio, y dentro de esos limites
se desarrollan. Dan la bienvenida y están en 
fila con sus maletas para instalarse.
Solo que entre los habitantes yo encuentro 
tambien dos subtipos diferentes.



A)
Los que se alojan con respeto y cuidando las construcciones que claramente ellos no
imaginan poder construir solos.  
Y son realmente agradecidos, son pacientes y hasta sostienen y cuidan la vida
de los encargados de levantarlos. Sus líderes son reconocidos, a los que protegen, y se asocian
buscando siempre tener uno de ellos cerca.
En este grupo algunos de estos moradores serán mas dependientes, y aceptando las
condiciones del refugio creado por otro, no demandarán nada extra, se arreglarán con lo estándar.
Otros  eligirán la comodidad de habitar para desarrollarse sin riesgos, o tal vez sin esfuerzo,
pero concientes de que tal vez hasta podrían hacer algo solos.
Aceptan la pasividad y pagan por ello.


B) Los habitantes destructivos:
Quisiera pensar en este otro grupo porque pareciera ser una motivación diferente
la que los dirige en la vida.
Son los que se alojan, con resentimiento (por carecer de habilidades y fortalezas constructivas,
y porque no aprendieron a ser protagonistas en sus vidas).
Solo buscan los errores ( pueden ser increíblemente analíticos y observadores) detectan las 
grietas,
las fallas, las puertas sin llave. Los motiva destruir y derribar espacios, aun a costa de quedarse
a la intemperie. Ambicionan el poder, que adolecen. Y por él son capaces de cualquier cosa.
Analizan sus moradas, en busca de su razón para demolerlas.


Son como los talibanes fanáticos que se inmolan por una causa.


Estos destruyen el sitio en el cual podrían vivir, pero 
como su único talento y fortaleza es
sacar ventajas de los otros, buscan posicionarse mas altos, hundiendo el terreno en que se encuentran.
Buscarán aliados para lograr su objetivo, no pueden 
tener amigos, son estrategas concientes.

Vivirán camuflados y si lo necesitan usarán traje de 
oveja.
Son incapaces emocionales, son personas negativas y que solo obtienen energías funcionando
como vampiros.
Se nutren a diario usando su mirada envidiosa sobre los que circulan,
pero lo hacen detrás de sus ventanas, porque no caminan el mundo, solo lo observan.
No producen nada propio, o en verdad lo hacen, pues sus únicas producciones
son sus planeados actos destructivos.
Sienten para mí la impotencia generada por sus antiguas 
inseguridades, y sólo
desarrollan capacidades críticas.
Y por practicarlas desde pequeños, llegan a ser muy pero muy buenos en ello.
Hablan el idioma de sus hogares.
Practican a diario la burla, el desprecio, y hacen comparaciones.
Desde la teoría y el propio vacío.
Desarrollan habilidades como el engaño, la mentira, la traición y así
alimentan una personalidad narcisista y egocéntrica.
Son seres pequeños escondidos debajo de su soberbia. 
Son ciegos frente a un espejo.


¿Imaginan uno de éstos personajes entrando armado en una escuela?
¿U ocupando el primer puesto de gobierno?
¿O frente a una congregación religiosa, o al mando de una fuerza?