ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

Un cuento con sabor a realidad.

Juan y María estaban casados desde hacía 20 años.
 Se amaban tan intensamente como discutían.
 Pero no podían desactivar la bomba, ni la del amor, ni la del conflicto continuo.

El era un tipo tranquilo, sereno, analítico, tal vez un tanto tímido y pasivo, pero algo así como un oasis para el torbellino de la energía desbordante de Maria
. Ella, era algo así como la onda expansiva de una bomba atómica.
Imposible no verla, no sentirla, que pasase desapercibida.
Era un huracán de pasiones y proyectos, irrefrenable tormenta de impulsos que hacía despertar hasta las momias.
El amó desde el primer instante esa energía vital, su contagiosa alegría, su mirada apasionada, era como una fiesta estar a su lado, era como un festival de fuegos artificiales, quedaba observando su brillo, y sorprendido a cada instante por lo impredecible de su destello….
El amaba lo que ella lograba tan sencillamente, el admiraba el potencial y la onda expansiva.
Ella, lo tuvo en la mira, ni bien sintió que ocupó todos los sitios de la platea.
 Ella actuaba, el sonreía y aplaudía dejándola actuar, con el alivio de quien de golpe encuentra el imán del delivery, cuando repara en que no hay nada para comer…..ella era una perfecta solución a su inacción histórica.
Inacción que había disfrazado con el personaje de un ser pensante, analítico y reflexivo….

Apasionados, admirando la esencia del otro fueron como un terremoto tipo 6 escala de Richter.
No escucharon las voces del resto.
 No miraron alrededor, solo se dejaron llevar por el entonces increíble y perfecto encastre.
Estaban hechos el uno para el otro.
 Parecía que se conocían de toda la vida.
Parecían tener historias comunes. Casi como almas gemelas.
 El organizado, calculador, preparando las escenografías como midiendo el grado de ubicación para que ella entrara intempestuosa y estrepitosamente en escena.
 El ponía la alfombra, y ella caminaba feliz mirando a su príncipe sereno y contenedor.
Se juraron amor eterno, se amaron intensamente, vivieron quemando las etapas pero no atravesándolas juntos.
Más bien fueron atravesados mutuamente por ellas
Pero sin embargo así los veían, siempre juntos. Parecían siameses, parecían hechos el uno para el otro.

Pero Juan seguía los pasos de María, porque sin darse cuenta, muy sutilmente, ella había asumido el rol de niña guía.
Y marcaba el ritmo, marcaba lo adecuado, era como la dueña de toda la sabiduría. Ella con sus caras delimitaba el terreno.
 El sometido a la posibilidad del conflicto, acataba el mensaje.
Pero no lo hacía ni de acuerdo, ni gratuitamente. Simplemente, le dejaba creer que era una dirección correcta, pues nunca decía nada.
Ni una palabra. Tenía muchas inseguridades, teñidas de visión analítica, era un experto en dar miles de vueltas pero nunca tomar una alternativa que pasase a la acción.
Y nuevamente María volvía a la carga, pero allí lo hacía de una manera diferente. Ya no lo miraba sonriente, sino dejaba entrever una sonrisa cargada de críticas e ironía.
Ella, marcaba desviandolo con sus caras , el camino que consideraba incorrecto. Desde afuera, parecía como si Juan decidiese.
Nadie se enteraba jamás de lo mucho de su angustia, y su soledad. María sentía algo muy parecido, incomprensión, resignación y sobrecarga.
La voz de María retumbaba por los corredores, de sus vidas…. Vos nunca haces nada bien!
Pero por que no tenés iniciativa? Cuando vas a sugerir algo? No te das cuenta de cómo hacerlo? Pero es tan obvio que cualquiera se daría cuenta….

Y una y otra vez directa o indirectamente dejaba mensajes a Juan de lo inadecuado que era él ahora, o lo había sido siempre? Acaso también de eso se había olvidado? Juan fue sometiendo su sonrisa hasta que firmó su certificado de defunción. Ya su ternura y tranquilidad, su serena calma se tornaron una manifestación de su decidía y su vagancia.
 En medio de su claro detenimiento y mediocridad, para ella la lentitud ya no ocupaba el sitio de la calma, sino del motivo del reproche y la crítica constante.
 Juan fue muriendo lentamente, detrás de su complacencia.
 Juan dejó morir a Juan, pero nadie juzgaba ese acto cruel y despiadado como homicidio calificado por vínculo.
Juan mataba a Juan sin que nadie se diera cuenta.
Juan vivía sobreviviendo detrás de una máscara, sabiendo de la existencia del moribundo que agonizaba día a día en su interior. Sabía de la falsedad del sujeto que llevaba su nombre, pero ser un impostor le permitía seguir sin cambiar aquello que le resultaba tan conflictivo.
Ser un impostor le daba un lugar en el mundo.
Y el mundo al que siempre quiso ingresar era el mundo del que María era la más fiel representante.
 María era todo lo que el hubiera querido ser.
María sin embargo había tomado todo lo que le hacía ser quien era, para pasarlo en limpio, ella siempre acotaba algo.
Algo que le quitaba el poco aliento que tenía identidad propia.
 Juan seguía sentado allí, en el sillón donde se había instalado a leer el diario, donde se refugiaba mientras el huracán arremetía y se llevaba todo puesto.
Mil y una veces repetía, que iba a terminar con tanta farsa.
Ella era la única responsable de todas sus desgracias. El estaba convencido de ello, ella era la máquina infernal de su desdicha.
Pero sin embargo, cuando ella desaparecía de escena, él se transformaba en un caos.
No sabía como accionar. Estaba detenido.
Paralizado frente a una serie de situaciones que debían llevarlo a decidir.
No podía accionar libremente. Siempre tuvo temor a fracasar.
Algo que aparentemente María desconocía.
No porque no le hubiese sucedido.
Al parecer, ella resurgía de las cenizas refortalecida. Era como inmune a los frenos.
Estaba concebida como un ser inquebrantable.
El era el hombre, pero era frágil y débil, fácilmente dominable, y objeto del feroz sometimiento que indudablemente era la elección mas importante que había hecho.
María era una máquina.
María tenía la fuerza de 100 mujeres, y contabilizaba tan solo sus triunfos, y los publicaba en primera plana.
Juan en tanto, vivía acumulando fracasos.
El jamás podía contabilizar sus fortalezas. María había hecho polvo de ellas.
Aquella imagen de los seductores estruendos y destellos de los fuegos artificiales había sido reemplazado por los estruendos de ametralladoras que a mansalva le disparaban directo al cerebro.
 Un campo de batalla. Un frente constante de fuegos cruzados.
Pero que fue de Juan? Fue acaso una víctima de María la topadora, o es que acaso María era en realidad mas víctima que él?
María quería parar y no podía, quería olvidarse de los errores de Juan y más lo intentaba mas le aparecían sus rígidos y perfeccionistas comentarios.
Al parecer a María nada le caía bien. Bueno, no tanto como nada, lo que ella hacía parecía ser bastante adecuado.

Y así subidos a la cinta transportadora de María, pasaron 20 años. Juan seguía cómplice de homicidio muriéndose en silencio.

Juan era tan responsable de esa muerte tanto como lo era María. Y ahora llegaba el momento de hacer un cambio. Había que tomar una decisión, pues desde que él había iniciado su tratamiento, las cosas habían empeorado.
 En el principio todo había sido rosa, mientras el romance se mantuvo vivo. Luego vinieron las críticas, y tras ello, la hostilidad encubierta, y a continuación la agresión tangible.
María había mágicamente dejado de admirarlo. Juan era para ella el motivo de todos sus problemas.
María solo decía quedarse porque tenían tres hijos.
El amaba los niños, era un buen padre, solo que un tanto pasivo.
Al parecer tanta era su calma, que siempre llegaba tarde.
Sus invitaciones venían teñidas de aburrimiento. Sus salidas eran medidas, adecuadas, demasiado adecuadas en todo caso.
Así las vivían ambos. Ella quería salir, viajar, moverse de un sitio para otro.
El deseaba instalarse, en pantuflas y pijamas.
Ella venía rodeada de folletos de viajes. El temblaba ante cualquier posible propuesta.
Y allí estaban.
Pero donde quedaron aquellos seres enamorados?
Cómo es que las quejas habían cubierto la superficie de ambos?
 Ninguno tenía la respuesta.
Buscaban infructuosamente la salida, pues de vez en cuando, aunque fuese muy de vez en cuando, se encontraban casualmente.
Y vivían momentos intensos y apasionados. Pero sin palabras. Sin gestos, sin manifestaciones de sí mismos.
 María lo había logrado en parte, había hecho que el hombre que ella miraba con críticas y desprecio, se tornara un doble.
El había renunciado a su identidad. Ella renunció a su ideal. Y seguían juntos.
 Porque necesitaban quejarse, pues era el deporte aeróbico elegido para mantenerse vivos.
Y seguían subidos a la rueda del hámster…. Sin moverse pero agotados de caminar en forma constante.

Juan perdía la vida a diario, y María sentía el peso de tener que reanimarlo continuamente.

Pero ninguno podía darse cuenta que ella era simultáneamente la asesina y la heroína que salía a socorrerlo.
Por que no lo dejaba morir de una buena vez?
 Era una forma de disfrutar de una pobre alma moribunda?
O era el único ser al que podía destruir sin que opusiese resistencia?
Ella lo amaba y lo dejaba recuperarse, para volver a darle muerte, sistemática y consecuentemente.

Un ciclo sin fin, un ciclo eterno.
 María era cual víctima frente al entorno, Juan era el que cargaba con los reclamos interminables. Pero Juan estaba abatido, cansado y había decidido bajarse.
Juan estaba muerto, y no era María una homicida, Juan era quien le daba la llave para que ella atravesara su historia barriendo con todo lo que encontraba a su paso.
Juan había sido paciente miles de veces.
 Juan entraba y salía de las depresiones como María lo hacía del auto.
Juan tenía taquicardia, y pánico y miedos casi injustificados.
María volvía a la carga.
 Pero se amaban o necesitaban vivir en medio de algo que si bien les resultaba una desgracia y una queja, les era conocido y familiar.
María era demasiado controladora. María medía cada acción en términos económicos. María quería tomar decisiones todo el tiempo.
Juan era indeciso. Juan no podía elegir entre más de dos opciones.

Así estaba sentado ese día, frente a la puerta. Mirándola como un niño mira la vidriera de una juguetería, fascinado pero limitado por lo inaccesible de sus capacidades.
 Juan quería seguir con la mujer que había conocido.
Juan reía a carcajadas en el principio de la historia.
Porque ella era ocurrente, y protectora, positiva y enérgica, organizada y operativa. El creyó que dejarla ocuparse iba a hacer su vida más fácil.
 Mucho más amigable.
Pero María tenía demasiada energía.
O lo arrastraba, tironeándolo a la fuerza, marcando un surco mientras lo hacía, suficiente como para luego reprocharle su pasividad, o argumentando que debía empujarlo, pero totalmente sola.

María vivía quejándose de su soledad acompañada, y Juan de su compañía opresora.

Y Juan siguió pensando en lo que había hablado ese día en la consulta con la psiquiatra.
Había salido un poco descolorado.
Fue a buscar consuelo, fue a buscar respuestas y volvió saturado de preguntas.

Sería acaso posible? Podría entender que todo lo que lo había atormentado en medio de la inacción y el ocultamiento tenía nombre?

 Pensó que para pensar mejor, podría salir a caminar un rato.
 Sorprendido de repente, en medio de una acción y una iniciativa, tomó las llaves y salió casi sin dudarlo.

Sentía el cambio inminente.
Podría acaso María acompañarlo? Quería él que esa María, su carcelera lo acompañe?

Y sin saberlo aún, María volvía ese mismo día a su casa, repasando en su mente una y otra vez el mail que había recibido en su oficina.
 De la psiquiatra de Juan, que muy gentilmente se había presentado, pidiéndole que tuviese a bien leer el material elegido.
Suponía que debía encontrarlo a su marido en él.
Un adulto que aparentemente tenía un trastorno por déficit de atención.
 Si, un adulto desatento, desorganizado, pasivo, tímido, confuso, y complaciente, de poca iniciativa, dudoso, y constantemente motivado por ideas nuevas, que solo llegaban a la pista de despegue, pero carreteaban pocos metros y se iban de allí a los hangares.

Pero volvía caminando, desconcertada.
 Volvía repitiéndose una y otra vez las frases encontradas.
Hiperactiva, impulsiva, poseedora de una enorme e inagotable energía, poco tolerante, exigente, inflexible, rígida y tremendamente crítica. Dueña de una fuente inagotable de ideas, pero con pocas terminadas.
Mucha cáscara y pocas nueces….

Quien le habría contado a esa misteriosa psiquiatra que ella también estaba escondida detrás de la máscara de la eficiencia?
Volvió así a su casa sin reparar en el camino, siempre había manejado rápido, le gustaba manejar con mucha adrenalina, le gustaba empezar cosas nuevas.
Había estacionado el auto en la cochera, y lo había hecho casi con la pasividad que Juan mostraba.

Sin reparar que esa conducta era una de las tantas en recibir sus dardos y sermones.

Era tan crítica con los errores de los otros que nadie podía accionar cerca suyo. Como le había sucedido a Juan.
 Aquel hombre seductor, y apacible que le brindó el oasis de la calma que nunca pudo generar por sí misma.
La verdad reveladora era una sentencia de muerte.
Pero no para su matrimonio. Para la máscara.

Llegó a su casa asombrosamente tranquila, como en automático se quitó el sacón.
Lo dejó tirado sobre el sillón del hall, igual que hacía Juan cada vez que regresaba, dos minutos antes que ella destruyese su accionar con miles de comentario negativos.
Caminó hacia la cocina, sin reparar en mil cosas que estaban fuera de lugar. Estaba absolutamente hipnotizada por la verdad reveladora.
 ¡Ella, ella había sido descubierta!
Y ahora que iba a decirle a Juan? Que tendría que hacer ella con esto? Admitiría abiertamente tener una falla?

Mientras tanto, Juan ponía sus llaves en la cerradura de la puerta de entrada.
Venía pisando más fuerte.
Venía sintiendo que la energía volvía a su cuerpo.
Juan no estaba moribundo, alguien le dio esperanzas de vida, respiración boca a boca.
 Retumbaban las palabras de alivio, una y otra vez. TDAH, trastorno por déficit de atención, e Hiperactividad.
 Una y otra vez sonriendo las repetía, mientras juntaba a su paso, el sacón que vio tirado fuera de lugar.

 Llegaron juntos, pero sin cruzarse.
Ella inmersa en el silencio de la verdad mas seductora y paralizante, él envuelto de una melodía que casi sin darse cuenta salió transforma da en silbido.
Un silbido alegre, que despertó del ensueño a María.
Que salió corriendo en su búsqueda.
A abrazarlo en silencio.


 Norma Echavarria 12/7/2007
copyright

reedición febrero 2012. adultosdesorganizados.blogspot.com

12 comentarios:

  1. Hola Norma,

    Mi nombre es Javier y tengo 33 años y solo un año diagnosticado TDA.
    Estaba leyendo esta publicación y no daba crédito.Sentí como si alguien hubiera copiado mi propia historia que estoy viviendo con mi pareja,increíble. Mi pareja tiene TDAH y fue diagnosticada hace tan solo 5 meses.
    Al principio de la relación fue tal cual, ella sentía una admiración por mi calma que ella tanto añoraba y necesitaba, para su estrepitosa y estresante vida. Meses después pensaba que tendría que cuidar de mi el resto de su vida, algo entre madre y enfermera. Pero, la sorpresa vino cuando estudiando acerca de mi enfermedad, ella misma y poco a poco, fue cayendo en la cuenta de que muchos de los síntomas coincidían con su propia historia. Así, finalmente, decidió ir al psiquiatra y rápidamente le detectaron TDAH. El día que me enteré de la noticia para mi fue algo indescriptible,había pasado de ser víctima a compañero de fatigas.
    Ahora seguimos aprendiendo mutuamente, ella organiza y yo me dejo organizar,sin darme la mas minima cuenta hasta que ,plasss!!, me dio en la frente!!,y después de esto vuelvo a resucitar mi yo.
    Bueno, solo quería agradecerte este blog y tus vídeos en youtube, porque me están ayudando mucho.
    Muchas gracias!!! ;)

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  2. Hola Norma, lei el cuento y la verdad que quede impactada yo no tengo diagnostico, nunca me trate, pero escuchando los videos y leyendo, me impresiona tanta coincidencia, con mi personalidad.

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    1. Hola Marcela
      Las historias se construyen por diferentes situaciones que suelen impactar en la vida, como elegimos accionar o como respondemos en conductas y emociones...El TDAH es una manera de manifestar comportamientos, que muchos creen forman parte de la vida normal.
      sera cuestion de seguir leyendo Marcela
      bienvenida
      Norma Echavarria

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    2. Hola Marcela
      Las historias se construyen por diferentes situaciones que suelen impactar en la vida, como elegimos accionar o como respondemos en conductas y emociones...El TDAH es una manera de manifestar comportamientos, que muchos creen forman parte de la vida normal.
      sera cuestion de seguir leyendo Marcela
      bienvenida
      Norma Echavarria

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  3. Hermosa historia, el final padrísimo, y que bonita comparación, el oasis perfecto para el torbellino, nunca había visto algo así como literatura del TDAH. gracias.

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    1. Hola Roberto, me encanta lo de padrisimo! Es que me parece que nosotros leemos y entendemos casi como en un idioma diferente. o no? un abrazo a la tierra de mis ancestros! Norma

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  4. ...me identifico con esta historia. Desafortunadamente en mi caso no tiene un final bonito: salgo por la puerta de atrás: mi relación acaba de terminar, sin embargo se que el cambio traerá transformaciones en mi vida y voy a empeñarme en que sean positivas, soy en TDA acostumbrado a caminar junto a alguien firme y decidido, ahora lo tendré que hacer sólo, lo voy a lograr, se que lo voy a lograr.

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  5. ...me identifico con esta historia. Desafortunadamente en mi caso no tiene un final bonito: salgo por la puerta de atrás: mi relación acaba de terminar, sin embargo se que el cambio traerá transformaciones en mi vida y voy a empeñarme en que sean positivas, soy en TDA acostumbrado a caminar junto a alguien firme y decidido, ahora lo tendré que hacer sólo, lo voy a lograr, se que lo voy a lograr.

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    1. Hola Javier. Las historias que escribo, buscan reflejar en algo los devenires y complicaciones de como el TDAH nos afecta en todos los ámbitos de la vida.
      Desde ya es que ahora tienes oportunidad de encontrar mas respuestas, sabiendo primero mejor como manejarte con tus conductas, emociones y tambien las rtas de los demás. Un abrazo y perdón estaba de vacaciones. No me gusta no responder! Buen año

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  6. ...voy a aprovechar esta oportunidad. Muchas gracias Norma !!

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