ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

domingo, 15 de diciembre de 2019

2019 de limones




Un año atrás este mismo día del mes, yo estaba en Córdoba. Había ido a celebrar el cumpleaños de mi madre, con el Sr con el que estaba saliendo. Después de mucho, Norma enamorada, sonaba promisorio. Podría parecer apresurado, pero una madre de 91 y un padre de 94 eran motivo suficiente para dejar protocolos de espera. Ya teníamos presentación oficial con mis hijos así que no sonó nada loco proponerlo y juntos hacerlo posible.
De hecho, fue un hermoso fin de semana. Volví mas enamorada de lo que me había ido, con planes para ir en febrero a algún sitio por esa misma zona juntos.

Soñé el 2019 como un año de despegue, de cambios importantes, de grandes celebraciones. Era para el horóscopo chino el año del Chancho, mi año.
Las celebraciones son buenas, solo que había olvidado que a veces se arruinan y se transforman en pesadillas.  
En noviembre se publicó oficialmente mi primer libro, y para disfrutar el proceso dejé la presentación para abril. Un libro que estuvo detenido casi 10 años, parirlo era un orgullo.

También ese mes se complicó la situación de la venta de mi casa. Nuevo código de ordenamiento urbano. Decidí participar, y exponer en la audiencia mi punto de vista, y adherirme a limitar lo que consideramos varios vecinos un posible desborde urbano.
A mí otra vez me hubiera convenido quedarme callada. Pero no puedo con mi genio. Terminamos armando un plan de remodelación de mis consultorios, para prepararnos para el peor de los escenarios. No poder venderla.  Nada mejor que tener un arquitecto al lado para darles vuelo. Empezaría la obra en febrero.
Me sentí muy orgullosa de hacer planes y no dejé que mis impulsos me desorganizaran.
Me senté a mirar el futuro como quien mira el amanecer en el campo.

Llegó el libro, después de múltiples demoras, volví a acomodarme decidiendo no engancharme en la queja, agradeciendo haber dejado 5 meses para ponerlo en la escena pública.

Pero empezó el 2019 ya con indicios de que las cosas serían como luego fueron.
Navidad y año nuevo anticiparon los momentos de desapariciones, y empezó el diluvio de limones del cielo. El candidato definió una fuga silenciosa, que tuvo fin el 3 de enero.
¿Bienvenido 2019?

martes, 30 de julio de 2019

Vivencia de Impostor



Un adulto que vive desconociendo su TDAH, crece sintiéndose diferente al resto.

Entender como nos afecta la falla en nuestras las funciones ejecutivas cerebrales, no alcanza para aceptar que siempre funcionaron de la misma forma.

Nos acostumbramos a veces en forma graciosa, sarcástica, irónica o cruel, a insultarnos en silencio.



A sentirnos impostores, irresponsables, tontos, torpes, menos que el resto.

Muchos, sienten entonces que sus " desgracias" son atributo de atraer la mala suerte, de sentirse  inadecuados, como un karma que les acompaña.
No importa si como yo, logran graduarse con honores en una Universidad prestigiosa.

Las heridas de guerra que nos acompañan no cierran, mas bien son reabiertas en cada tropiezo, en cada fracaso.
Vivir se torna una sucesión de crisis. Tener TDAH implica sufrimiento.

Esperar como ya una profecía, que algo importante se nos olvide, que algo se rompa, o se pierda, es todo un escenario cotidiano.
Elegir callar, para evitar ese comentario impropio, incrementa mas el rumiar por dentro, creándonos un mundo que ampare la fantasía de tal vez algún día sentirnos mas aptos. Implica aislarnos, frente a lo difícil que resulta salir y compararnos con el resto.

Creer que puede repararse tanto daño tan solo con una medicación o un diagnóstico es algo que considero iluso.

Sin embargo es a través del tratamiento, que un adulto logra dar coherencia y sentido a su propia historia.
Una medicación no nos hace leer los libros que se apilan, de hecho muchos ya medicados tienen largas listas de objetivos pendientes.
Pero al menos, nos devuelve la posibilidad de elegir, en vez de ser rehenes de un cerebro sin timón, y sin rumbo.

Sentirse impostor, surge de saber que nos falta una formación formal.
Un estudio tal vez acreditado por un certificado, o un título.
Sentirse impostor es una vivencia horrible, que me acompañó muchos años de mi vida.

Saber que mi cartera por dentro era el fiel reflejo de mi desorden, ese que debía evitar que se viera.
Hoy medicada, tengo el placer de volcar mi cartera si algo no encuentro. Porque me sigue siendo difícil organizarla.
Pero no tengo vergüenza, me siento absolutamente libre al dejar visible aquello que antes tanto trabajo me llevaba esconder.
Tener TDAH no nos hace superhéroes así como tampoco irresponsables.
Acceder a un tratamiento nos permite ser quienes podemos ser realmente.

No dejen de aceptarse cada día, y buscar ser la mejor versión de sí mismos.

Norma E



miércoles, 19 de junio de 2019

Reciclado color naranja



Reciclar nuestros compromisos

Escuchamos cada vez mas seguido hablar del medio ambiente, del impacto que generamos en él los seres humanos al accionar sin hacernos realmente cargo.
En ese contexto la palabra reciclar, invita a que prácticamente todo lo que usamos o descartamos pueda tornarse algo útil, cuando termina su ciclo.
A mí me gusta pensar en una vida responsable.

Siempre viví consciente de la inevitable transformación a la que estamos expuestos, como seres vivos. Algo así como una cadena de efectos que nos atraviesan, donde todo lo que sucede en nuestro alrededor nos desafía a cambiar el status quo.
Podemos ser víctimas o protagonistas. Yo elijo la segunda opción.
Hoy es uno de esos momentos en mi vida en que lo que realmente deseo es generar un cambio de adentro hacia afuera.
Abrir las puertas, derribar muros, tender puentes, saltar obstáculos.
En épocas de crisis, sentimos cómo todos los recursos escasean, aún cuando a tí no te haya tocado directamente. Cuidarlos es el principio de un cambio.
Compartir lo que llevamos de carga entre todos nos puede hacer el viaje mucho mas sencillo.
Nos toca en la vida una mano de cartas que no elegimos, aunque sí podemos decidir qué vamos a hacer con ellas.
A mí me tocó tener TDAH, y la fortaleza de una familia que se sacrificó y me sostuvo aún sin saber qué sucedía.

Hoy en un país como la Argentina, muchas familias están sufriendo la falta de trabajo genuino, la licuación de sus salarios y el cansancio por sabernos hundidos en una nueva crisis a veces  puede tentarte a bajar los brazos.

Vivir con TDAH puede sentirse como caminar en la ruedita de un Hámster.
Acceder a un diagnóstico y un tratamiento, se torna un privilegio de pocos.

El estrés, la incertidumbre, los miedos, empeoran el panorama de quienes como padres tenemos que garantizar estabilidad a nuestros hijos.

Tener TDAH es muy costoso. Lo es en todos los aspectos.
Mas allá de los olvidos, la torpeza, los obstáculos que ésta condición impone a los que desean progresar en el estudio, las opciones disponibles para nosotros, son a veces inaccesibles.

Nos gana el cansancio, la frustración, la angustia, generada por una involuntaria repetición de malas decisiones, y un accionar errático.
Acceder a un diagnóstico puede que para muchos sea la primer barrera. Ni hablar entonces del derecho a un tratamiento, a comprar una medicación muy costosa.

Si entre todos los que pudimos acceder ayudamos al resto, unimos nuestras voces, estoy casi convencida que marcaremos una enorme diferencia.

Si querés sumarte, podés hacerlo.
Será una cruzada de todos.
La inclusión implica un compromiso serio.

Reciclarse energiza, da esperanza, y nos devuelve el sentido de hermandad perdido.
Tenemos una causa muy noble a la que podés sumarte.

3 de Noviembre, donde estés vos y tu gente, remontar un barrilete, una cometa naranja en nombre del TDAH sería una buena forma de estar presente.

Si estás en Buenos Aires, frente al Garrahan, si estás mas lejos, en la plaza donde tus niños juegan.
Involucrarse sin banderas políticas, sin diferencias, con la convicción de que es posible, a mí al menos me recicla energéticamente.
Buscá en las redes sociales. @unidasporeltdah, @familiasleonastdah. Alli encontrarás mas información para sumarte.

Si cada uno de nosotros, se torna protagonista, miles de familias en todo el país y el mundo, tendrán visibilidad y derechos.

Reciclarse energiza.
Te espero con un barrilete naranja.


Norma Echavarría.
MN 71690
Médica Psiquiatra












martes, 2 de abril de 2019

Vivir y Morir conscientes.



Soy médica y desde mi vocación y mi entrenamiento fui formada en brindar ayuda y acercar
el máximo bienestar al ser humano, en sus procesos vitales normales y en su enfermedad.

Ver con gran énfasis que se cuidan cada vez con mayor conciencia las etapas de infancia, adolescencia

y la vida adulta, me gratifica, porque gracias a tantos avances científicos, la expectativa de vida en el mundo,
al menos países desarrollados ha escalado estrepitosamente.
Se busca prevención de trastornos del neurodesarrollo, para tener niños y adolescentes mas cerca de desplegar
todo su potencial genético.
Aprendemos lentamente a incorporar la importancia e influencia que el entorno ejerce sobre el crecimiento de
un ser humano, el impacto ambiental, el entorno emocional, las oportunidades.
.
Nos estamos preocupando por acercarnos a los adolescentes.
A educarlos para prevenir enfermedades de
transmisión sexual, prevenir embarazos no deseados,
desterrar el trabajo y el abuso infantil, ocuparnos de la
franja de edad de mayor inicio en el abuso de sustancias,
a aprovechar la ventana de oportunidad para que aprendan.
Nos ocupamos de sus problemas de aprendizaje.
Porque este mundo altamente competitivo, es bastante excluyente de aquellos con necesidades especiales.
Pensamos ya en la vida adulta, en la necesidad de concientizar acerca del sedentarismo,
pero los atraemos a ciudades cuyos trabajos están cada vez mas relacionados a una pantalla,
un cubículo, iluminación artificial, aire acondicionado, almuerzos chatarra encima de sus teclados.

Les empezamos a sugerir que los chequeos frecuentes son importantes, que cuiden el peso,
el colesterol, su glucemia, su tensión arterial.
¡Y que se preocupen por el estrés!  ¿Que paradoja no..? Se incita al estrés desde el estilo de vida y
después pretende tratarse.

La sociedad los invita a meterse en su cabeza objetivos, que mas que propósitos personales,
parecen logros imprescindibles para garantizar una pertenencia exitosa al mundo adulto.
Vivimos esperando el premio anual que viene si cumplimos con lo que se esperó de nosotros.

En ninguna de estas etapas, nadie, absolutamente nadie se acerca a trabajar el
concepto de cómo cada uno desea vivir su camino.

Nadie les enseña a trabajar sus emociones, nadie hace preguntas, porque todas las situaciones
vienen en modo respuesta prearmada.

Tengo el registro ahora mas que nunca que en todo este continuo de prevención y
medicina moderna, no esta en la lista trabajar en la elección de como moriremos.
En la sociedad occidental, morir es algo que no se dice..
la palabra la reemplazamos por otras: partió, se fue, ya no está con nosotros.
Todo por no lograr decir SE HA MUERTO.

Rezar para que alguien se cure, cuando padece enfermedad terminal es ignorancia,
rezar por un milagro es negar nuestra propia discapacidad para darles la mano y ayudarlos
a que trasciendan este plano y se eleven.
Conectarnos con quienes están en esa etapa, por lo anteriormente expuesto,
es no solamente duro o difícil, sino motivo de desapariciones y huídas.

sábado, 30 de marzo de 2019

Educar para construir una sociedad responsable



Nuestras decisiones definen el curso de nuestras vidas. 
Aún aquellos tímidos o miedosos, que eligen no arriesgarse, se ven afectados al no hacerlo, porque no elegir  es también una decisión con consecuencias.
Crecemos colmados de estímulos, de mensajes, de mandatos acerca del “correcto destino para nuestro camino “, nos vemos involucrados en situaciones sin saber que nuestros padres las seleccionaron por nosotros, antes de que supiéramos hacerlo.

Sentimos entonces que somos dueños de nuestro destino, cuando en verdad vamos detrás de sueños prestados o metas ajenas.
Como madre decidí muchas cosas para mis hijos, creyendo y trasladando viejas creencias, con la convicción de ofrecerles las mejores opciones para ellos.

martes, 19 de febrero de 2019

Transiciones



Siempre fueron difíciles para mí las transiciones.
Tal vez sea éste uno de los motivos de vivir un paso adelante de donde estaba.
Confundirlo con ansiedad es muy fácil, yo lo veo diferente.

Las esperas son inevitables.
En todo proceso hay tiempos, inherentes al mismo, o a quienes participan en él.

Atravesar las esperas fue siempre una tortura, hoy solo me genera incomodidad.

En definitiva mejoré trabajando duro, y acepté que la condición con la que convivo, el TDAH, es responsable de la enorme vivencia de malestar ante una pausa.

Mi mejor antídoto fue siempre estar en movimiento. Nada mejor que ser muy activa entonces.
Casi solucionado el problema, si no fuera porque iniciar otro proceso paralelo fue un  engaño mas que una solución. Mi estrés escaló hasta el Himalaya y trajo consigo, sus propias pausas ineludibles llevándose mi paz a cambio.

Tengo que ser consciente que fue aprender a lidiar con la falla en el sistema, lo que me sacó un enorme peso.
Aprendí a manejar mucho mejor esta incomodidad, cuando logré disfrutar de los procesos.
Acepté que funciono en forma diferente y soy menos dura conmigo cuando no logro hacerlo.

Hoy mis tiempos de espera se tiñen de incertidumbre, cuando lo único cierto es el desenlace. Y este proceso, el de acompañar a caminar hacia el final del camino a un ser muy querido, ya me eligió antes.
Es hoy mas difícil cuando es mi madre, es claro que el disfrute en esta espera no existe.
Pero si disfruto de la paz que obtuve con la aceptación y la entrega consciente.

Saber que todos vamos a atravesar esa misma línea de llegada, me hace recordar lo trascendente de proteger nuestros vínculos con los que amamos, de reparar, de estar en paz con nosotros para poder despegar sin equipaje.
Vivir con TDAH, siendo una niña torbellino, desafiante, olvidadiza, desprolija, impredecible, inquieta, curiosa, torpe, impulsiva, inestable y llorona, descolocó a mi madre quien pasó muchos años tratando de domesticarme.

Peleas, enojos, castigos, rechazo, fueron el saldo de aquella época muy dura por cierto.

Hoy siento que la ignorancia nos dejó a ambas enredadas en un vínculo disfuncional. 


Yo soy una de las tantas hijas, que esperó por ser aceptada una vida entera.
Una proveedora constante, dependiente de acciones hacia otros que me garantizaran no quedarme afuera. 
Complaciente, necesitando buscar la aprobación en forma constante.
Así recorrí gran parte de mi vida.
Cuando un padre comprende que su hijo no elige portarse mal, u olvidar su paraguas, puede interactuar con cariño, con estrategias que los ayuden a ambos. 
Pues todo niño debe crecer rodeado del amor incondicional de sus padres.
Yo reparé mi propia historia cuando la vida me regaló la oportunidad de ser madre.

Hoy mas que nunca, a todas las madres les pido que mas allá del enorme trabajo que
sus hijos puedan generarles, sepan que amarlos tal como son, es mas importante que llevarlos mensualmente a sus consultas, cumplir con su medicación y sus espacios terapéuticos
puede ser muy importante, pero no lo es todo.
Jugar a diario, reír con ellos, acompañarlos con el respeto, preservando su integridad
y ayudándoles a consolidad una autoestima real, no dibujada, es lo que construye un vínculo indestructible.

Hoy lamento no haber sabido que el TDAH fue el responsable. Mi madre hizo
lo que creyó me haría aprender a funcionar como era esperable, mas en
una época como la de antes, donde un niño obediente era un buen niño, y uno difícil debía
ser ajustado a lo socialmente adecuado.

No guardo rencor, solo el dolor que representa haberme perdido la posibilidad de tener
el vínculo que si logré yo con mis hijas.
Por un futuro donde nadie ignore el enorme daño que un TDAH
sin diagnóstico genera.

Siempre me sirve encontrar algo que sume en medio de transitar el dolor.
Lo primero, es aceptarlo. 
Lo segundo seguir con la misión que abrazo desde hace 23 años.

Gracias a todos, porque hoy este escrito es para mí un oasis.

Norma Echavarria
19 de Febrero 2019