Mariel, dejó la Ginecología cuando estaba por poner su primer consultorio. Tanto sacrificio, un examen casi tres años enteros de estudio y de esfuerzo murieron junto con su entusiasmo.
Justo cuando tenía que empezar a ingresar dinero a la casa.
Justo cuando el plan era poner el consultorio.
Impredecible como siempre lo había sido, sentada frente a su marido, improvisó una charla como quien se confiesa un domingo antes de misa.
El necesitaba su ayuda. Económicamente con dos hijos y una vida de familia ya era mucho para quien sabía que su mujer era médica.
Y estaban esperando ya la tercera.
Después de todo él había desistido del estudio, despues de varios años de intento.
Trabajando tantas horas, no lograba entender la razón del cambio de planes.
Creo que el también se sentía solo.
Mariel era en eso otra niña en la casa. Eso si cocinaba, planchaba, pintaba, compraba, tejía y cosía la ropa de ella y de los chicos. Eso para ella representaba todo lo que no podía ganarse en dinero.
En estado de desilusión pero, sabiendo que nadie podría pararla una vez que decidía algo, nuevamente salió a apoyar el nuevo rumbo de la mujer que amaba. Mejor amarla que entenderla.
Así es como Mariel, se tomó un año sabático, buscó ayuda en la tía de su marido que era alguien que parecía hablar su idioma. Encontró apoyo en ella, y consejo. Mariel para algunas cosas tiene memoria.
De ella me habla siempre que menciona sus comienzos. Se que actualmente siguen tomando tecitos. De vez en cuando. Porque a Mariel cuesta mucho agarrarla para que se siente.
Empezó con musicoterapia didáctica, una terapia, y a leer un libro que apenas lo vió ratificó su rumbo.
" La Fortaleza vacía " de Bruno Bettelheim.
Sería psiquiatra de niños. a Mariel se le iluminó de nuevo la mirada.
Psiquiatra era ya Elena! Ella recién entraba y Elena ya terminaba.
Mariel, tuvo y que yo sepa tiene aún muchas cosas de este estilo,
Siempre tomó las decisiones pateando tableros, cortando, dejando, cambiando, saliendo, liberándose de todo lo que la agobiaba, o la aburría, sin tener el plan de como seguiría luego.
Impredecible, e improvisada, siempre tras algunos movimientos mágicos encontraba un nuevo rumbo. sin plan obvio. Ella hacía todo sobre la marcha. El plan mas seguro, era su falta de plan.
Justo cuando tenía que empezar a ingresar dinero a la casa.
Justo cuando el plan era poner el consultorio.
Impredecible como siempre lo había sido, sentada frente a su marido, improvisó una charla como quien se confiesa un domingo antes de misa.
El necesitaba su ayuda. Económicamente con dos hijos y una vida de familia ya era mucho para quien sabía que su mujer era médica.
Y estaban esperando ya la tercera.
Después de todo él había desistido del estudio, despues de varios años de intento.
Trabajando tantas horas, no lograba entender la razón del cambio de planes.
Creo que el también se sentía solo.
Mariel era en eso otra niña en la casa. Eso si cocinaba, planchaba, pintaba, compraba, tejía y cosía la ropa de ella y de los chicos. Eso para ella representaba todo lo que no podía ganarse en dinero.
En estado de desilusión pero, sabiendo que nadie podría pararla una vez que decidía algo, nuevamente salió a apoyar el nuevo rumbo de la mujer que amaba. Mejor amarla que entenderla.
Así es como Mariel, se tomó un año sabático, buscó ayuda en la tía de su marido que era alguien que parecía hablar su idioma. Encontró apoyo en ella, y consejo. Mariel para algunas cosas tiene memoria.
De ella me habla siempre que menciona sus comienzos. Se que actualmente siguen tomando tecitos. De vez en cuando. Porque a Mariel cuesta mucho agarrarla para que se siente.
Empezó con musicoterapia didáctica, una terapia, y a leer un libro que apenas lo vió ratificó su rumbo.
" La Fortaleza vacía " de Bruno Bettelheim.
Sería psiquiatra de niños. a Mariel se le iluminó de nuevo la mirada.
Psiquiatra era ya Elena! Ella recién entraba y Elena ya terminaba.
Mariel, tuvo y que yo sepa tiene aún muchas cosas de este estilo,
Siempre tomó las decisiones pateando tableros, cortando, dejando, cambiando, saliendo, liberándose de todo lo que la agobiaba, o la aburría, sin tener el plan de como seguiría luego.
Impredecible, e improvisada, siempre tras algunos movimientos mágicos encontraba un nuevo rumbo. sin plan obvio. Ella hacía todo sobre la marcha. El plan mas seguro, era su falta de plan.