
Es tarde
Bastante para un dia movido.
Y mi registro de cansancio físico es uno de mucho placer y calma.
Porque realmente estar involucrada en una actividad deportiva, un ejercicio que es hoy uno de los momentos mas ansiados de mi agenda, me llena de serenidad y me ayuda a mantenerme focalizada.
Tener TDAH puede hacer que organizar nuestro tiempo nos resulte engorroso.
Decir que vamos a realizar tareas que luego abandonamos, o jamas se inician, no sólo genera malestar sino una creciente sensación de fraude y engañosa desconfianza hacia nosotros mismos.

Tal vez la dificultad para salir, para movernos, esa fiaca como decimos en Argentina, que muchos adultos también tienen como pereza para iniciar acciones que desean realmente, es el primer obstáculo.

O tal vez personas con una energía enorme, pero con una dificultad para quedarse mucho tiempo en cualquier sitio, impacientes, ansiosos, que rodeados de un millón de tareas diferentes jamás puedan sostener un deporte o una actividad física con compromiso.
Llegar tarde, correr de un sitio a otro, puede que haga que usemos mas el automóvil para trasladarnos que nuestros lindos pies.
Y ya ni siquiera andamos unas pocas cuadras al día.
Encerrados, detrás o delante de monitores de un ordenador, sentados mientras trabajamos con nuestras laptops, o tal vez tirados frente a un televisor, o jugando videojuegos la vida sedentaria va ganando cada vez mas terreno.

Y el deporte que nuestros hijos juegan es el de mover teclas para que las piernas de esos jugadores de la pantalla hagan goles... Y es la Playstation que transpira por ellos.
Sabemos hoy en enorme beneficio que genera el ejercicio físico a nuestro cerebro.
No sólo incrementa el flujo sanguíneo, sino la liberación de el BDNF que es el factor de crecimiento neuronal.
Las endorfinas, que son los opiáceos naturales, que todos tenemos, son liberadas en enormes cantidades mientras hacemos ejercicio.
No en vano mi sensación de calma, de ese placer enorme que me invade cada vez que tomo las palas y salgo a remar al río.
Me llevó casi un año armar la agenda, elegir el espacio, liberar horarios, modificar rutinas.
Me costó muchísimo tomar la decisión de hacer otro gasto, otra cuota sumada a tantas otras.
Pero como dije en otra parte, eso no fue un gasto sino una inversión, y una increíblemente buena.
Y actualmente puedo fluir en el río tres veces en la semana, cosa que es maravillosa. Mas cuando me acompaña el aire libre, el ruido del agua, y los pájaros, brindándole una escenografía de calma natural al ejercicio que hago.
Solo tenemos un cuerpo, solo un cerebro, solo una vida.
Dependerá de cada uno de nosotros el cultivar como queremos vivirla.
Ayudemos a que nuestros hijos incorporen también el ejercicio.
No sea cosa que crezcan pensando que sus músculos podrán sostenerlos si no los ejercitan.

Los deportes de equipo, por otra parte ayudan a fortalecer nuestros valores, la camaradería, la cooperación, las estrategias en las que todos perseguimos un fin común y colaboramos en ello.
Los deportes individuales, ejercitan nuestro cuerpo y la disciplina de comprometernos con aquello que decidimos elegir para nuestro bienestar.
Sin movernos, nuestro cerebro sufrirá también del estrés crónico de la vida apurada y sobreinvolucrada que muchos sujetos con TDAH construimos.
Ejercitemos la idea de comprometernos en algo que ponga nuestros motores físicos en marcha.
Desde mi experiencia, y la de varios especialistas en Salud Mental, el incorporar el ejercicio al tratamiento del TDAH es una parte esencial del mismo.

Si todos los días te aseguras al menos una caminata de 30 minutos, ya habrás empezado el proceso de cambio.
Anímate, ponte un par de zapatillas, y elige en que escenario debutarás saliéndote de la pasividad contemplativa.

No mas excusas, no mas engaños. Todos podemos encontrar algo para hacer a diario.
Desde la caminata en tu barrio, hasta la mas desafiante escalada.
Tu cerebro...
Agradecido.
Dra. Norma Echavarria