Parada en medio del cielo, sin horizonte que me diese una
perspectiva, sentí la fuerza abrumadora de la vida misma.
Y mi pensamiento se instaló en registrar el bienestar como
un estado que podemos recrear en forma infinita, pero cuya cualidad básica es
el su impermanencia, es lo transitorio.
Y porque el bienestar es algo efímero, es que debemos
entrenarnos en volver a él.
Tantas veces como se nos escurra.
Crear las circunstancias que nos acerquen y aceptar que
perderlo, será tan transitorio como nosotros decidamos que sea.
Vivir en plenitud de conciencia, es aceptar que el cielo
tiene un domicilio posible.
Y para mí fue concretarlo caminar en él, sin esperar a que me busque, salí a buscarlo yo primero.
Empieza el año de trabajo para mí, cargado de desafíos y
oportunidades.
Sabes ya que es lo que decidiste hacer? Cual es tu proyecto de este año? Vas a trabajar, vas a cambiar tu trabajo, vas a terminar la relación desgastada, y dejar de quejarte, o vas a iniciar esa nueva etapa con la sola decisión de hacerlo.
Los momentos ideales no vienen, sino que se generan cuando decides ir por ellos.
El bienestar es un un estado dinámico pero hecho a mano,
elegí hacia adonde quieres dirigirte, y seguramente te acompañará todo lo que tú permitas.
Pero si vas en la cinta transportadora, o sigues excusándote
o explicando los porqués no te salen las cosas, dejarás que el bienestar sea
solo producto de la casualidad y no de la intención.
No te olvides de salir de tu cabeza, porque accionar es apoyarte sobre la planta de tus pies.
Que tengas un buen comienzo!
Norma Echavarria