ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

jueves, 1 de septiembre de 2011

MARIEL, Que vas a elegir porque ya sos grande ? IV

Mariel vivió como en una cinta transportadora el estudio.
 Una vez que le tomó la mano, se torno hasta algo divertido.
Estudiar era conocer cosas nuevas, y el pizarrón era su alumno al que le relataba cada día lo aprendido. Y si no lo hacía fluida y seguramente, el pizarrón la mandaba a estudiarlo de nuevo.

El colegio secundario era sinónimo de amigos. Era divertido pasar esas horas con ellos. Mas con ellos que con ellas.
 Ellas, hacían grupos cerrados, y Mariel parecía que no compartía tantos intereses comunes.
Pero si muy pocas pero buenas amigas, compinches dentro de la clase, menos compinches afuera.
Manejaba su automóvil, como si estuviera en el autódromo, y lo hacía como un chico.
Le gustaba manejar en ruta, y allí no tenía ningún temor, la velocidad le hacía sentirse viva.
Y salía antes de tener licencia. Al parecer nadie estaba preocupado entonces.

Recordemos que Mariel vivía lejos del centro de la ciudad , y encima necesitaba todas las horas para que lo aprendido prendiera...Se reunían en su casa a jugar a las cartas, o a pasarlo juntos, con pocos o con todos nadie nunca lo sabría. Mariel organizaba eventos, y en menos de un par de horas aterrizaban al menos 20. Jamás pensaba que se vaciaría la alacena en un minuto.
Siempre le gustó organizarlo todo. Siempre al menos hasta hace poco la última vez que nos vimos.

Mariel siempre fue muy romántica y soñadora. Si, así como trepaba árboles lo hacía entonces para escribir cartas a quien capturara su corazón.
Mariel cantaba con la guitarra, y sentía que el Universo estaba en la platea, miraba las estrellas, y quedaba colgada de alguna de ellas por horas... Mariel había crecido y ya no le hacía gracias que la miraran cuando salía a la calle.

En medio de tanta impulsividad, era también tímida y reprimida. No compartía con las otras chicas cosas de varones porque tenía vergüenza. Pero sin embargo siempre se las arregló para estar acompañada.
Siempre desde  los 14 estuvo por ponerse de novia. Y concretó a los 15.
Eso si, con algunos cambios.
Y así continuó su adolescencia, en un noviazgo juvenil, que acompañó unos padres bastante old fashioned.
Inquieta pero allí, ya no trepada a las ramas, empezó a dar clases de inglés, y después a trabajar una vez por semana, junto a su padre.
Eso le daba la libertad de ir en tren, viajar en subte, moverse y absorber cuanta información le llegaba a sus sentidos.
Mariel era el monumento a la Independencia. Todo y todos le parecían lentos, todo podía mejorarse, ella tenía siempre un plan a mano, ella armaba, apilaba, empaquetaba y decidía que haría siempre sola.
Tanto que la mayoría de las veces así terminaba.



Y ante la decisión de la carrera, se definió por seguir compartiendo oficinas con su maestro.
Y se anotó en Arquitectura. Pero no porque surgiera de una decisión pensada. Mariel solía pensar después de que accionaba, seguía la intuición emocional, y así empezó a coleccionar problemas.

Y empezó otro calvario. Ella nunca sabía claramente que le apasionaba. Era como después la escuche decir, en un comentario una persona ecléctica. Podría anotarse en cualquier carrera, le daba todo lo mismo.
Solo sabía que desde muy pequeña siguió jugando al doctor dando inyecciones con hojas de pino a sus muñecos, o a la veterinaria curando a sus bichos, la actriz o la cantante cuando estaba sola,  o con amigas disfrazándose cuidadosamente, o a la modista cuando cosía sus polleras. A la maestra jardinera cuando entretenía a su hermanito o a las hermanas de su novio que eran pequeñas.
Pero el olor a hormigón superaba el olor a alcohol yodado, al delantal de cuadritos, o a los escenarios.

Y la aventura universitaria empezó tarde, porque había pasado 4 meses afuera. Sus amigos se quedaron encerrados estudiando, y ella optó por ir a una Universidad Privada. sin examen, se tomó un atajo. Debe de haber sido el primero y el último de su vida. Pero el país del Norte tenía mas de un atractivo irresistible. Entonces no sabía que algo mas fuerte la conectaría.


Y el desastre se torno cotidiano. Era torpe, no solamente distraída.
Terriblemente desprolija, las láminas con manchas de tinta o de mate cocido, volvían sumándole frustración y tristeza.
Láminas hechas que al ser corregidas le arruinaban lo que ella sentía era una idea estupenda.
Mariel se había acostumbrado a exigirse, y a ponerse muchas reglas.
Solo mecanismos de supervivencia. Mas máscaras que hicieron inaccesible ver su problema.

Mariel estaba acostumbrada a ser muy pero muy buena alumna. Pero la creatividad del diseño la abrumaba. No tenía ideas claras, todo lo hacía complejo. Era poco práctica.
En ese entonces un bosquejo, jamás admitiría acotaciones, menos en rojo o en verde... Corregirle? Tener que borrarlo todo y aceptar una sugerencia que ni siquiera admitía?
Era demasiado para una estructura de hormigón armado de años.
El sistema presionaba y ella se resistía. No sin dudas no tardaría en quebrarse.
Le habrá fallado el cálculo de vientos?



La motivación estaba ausente, no disfrutaba ni siquiera el viaje, dormida aletargada olvidaba desde el tablero, hasta las puntas de sus Rotrings se torcían sin que las toque.
Vivió con dedos manchados, encerrada mirando el sol desde adentro era su peor tortura.

A poco de salir, se dió cuenta que se había equivocado.

Pero les conté antes ya que Mariel jamás se bajaba de un proyecto si estaba comprometida con alguien. Si alguien podría verse afectado en el cambio de plan, desistiría.

Y allí sentada pensando, con todas sus 40 láminas arruinadas, la noche previa a la entrega de mitad de año, se miró en el vidrio de su ventana.
Su padre, su maestro, con amor y cuidado había construido ese espacio especialmente pensando en que Mariel dibujara mirando al verde. Con luz de día, con el sol sobre su cara toda la tarde.
Lo que no pensó es que la frustración crecería, se sentía enjaulada, torpe, e inútil como Universitaria plenamente una pésima inversión en educación.

Mariel, no podría fallarle. Mariel sentía que deseaba bajarse, pero de hacerlo heriría la ilusión de su padre de compartir un estudio y hacer el disfrute algo diario.
Sus dos letrados sacaron sus espadas, sus códigos y sus miradas de reclamos.

Pero Mariel era demasiado sensible ante la sensación de pérdida de su libertad.
La sola idea de esclavitud, de detenimiento, de displacer cuando era ella la que tenía en sus manos la próxima jugada en el tablero, la hicieron bajar los escalones y buscar a quien era su guía y su sabio maestro de vida, sin un solo titubeo.

Llorando, le dijo que no solo quería abandonar la carrera, sino que la aborrecía, y que no se imaginaba sobreviviendo cada mañana.
 Que pasaba cada día esperando se termine, y que solo sentía que recibía con las correcciones el claro mensaje que le pedía que se dedicara a la cocina. Algo que le fascinaba por cierto, pero hacía tiempo no hacía.
Pero así y todo, de los 300 alumnos, fue una de las pocas que aprobó la materia mas difícil. pero estaba a punto de morir de la tristeza. No tenía mas ganas de salir al parque. No deseaba verse con nadie, soñaba con volverse al Norte, porque sentía que allí debería haberse quedado. Era un castigo el pasar de año. Si no se bajaba quedaría condenada a muerte.
Pero ella quería ser médica. Por eso pensó en el Norte.
Porque su tío de Ohio, el médico ya americano, le había mostrado como era jugar al doctor en la vida real ,con gente que necesitaba ayuda.
Eso le encantaba.
A quien ayudaría como arquitecta?
A algún personaje que quisiera gastar en diseñar su casa?
El único incentivo venía de subirse a las terrazas de las estructuras.
Eso lo había hecho desde pequeña.
Le fascinaba el viento en su pelo largo, que allí mas que nunca se enredaba, le gustaba trepar y ver el rio, o ver las casas muy chiquitas desde arriba.
Le gustaba realmente subirse bien alto. En ese entonces no le daba miedo. Pero podría subirse con su padre. Solo era cuestión de acompañarlo.

Volviendo su mirada a los ojos tiernos de su maestro, vio sus lágrimas mezclarse con una sonrisa, su expresión relajada le traducía permiso.
Un abrazo fuerte, contuvo su angustia, la de Mariel por cierto.
La voz segura del padre, su mejor amigo, le dijo que su sueño había sido ser médico !
Pero la muerte prematura e inesperada de su padre, hicieron que la abuela de Mariel, su madre, decidiera que su único hijo varón, él tuviese que convertirse en Ingeniero.

Alguna veces los padres no nos damos ni cuenta cuando ofrecemos en sacrificio a nuestros hijos, honrando mandatos históricos que arrasan con ellos.

Un capítulo de la vida de Mariel  comenzaría pronto.
Una colmada de sueños, de motivación y de crecimiento.
De confianza en sí misma y de servicios.
La excelencia, sería la meta, no importaba que, siempre daría lo mejor que ella pudiera.

Porque simplemente era libre, y sin darse cuenta en ese momento pudo ignorar a los letrados moradores de su mente. Y cuando algo se tornaba un juego, estudiar era divertido.

Fue la primer victoria importante.
Pateó el tablero, y regresó la plenitud y la calma, pero sería solo el comienzo...


continuará...

Norma C Echavarria
copyright
2011




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