
Pocas cosas dan la seguridad que otorga el sentir que podemos reconquistar las bases de la seguridad y la calma.
John Bowlby, un psiquiatra inglés, elaboró la teoría del apego desde la observación de como otros animales influenciaban a sus crías en la primera etapa de sus vidas. Pero mi sensación es que fue su propia experiencia de sufrimiento en la infancia la que inpiró claramente su trabajo científico.

Y sentirse seguros, viene de sentirse amados incondicionalmente.
Como somos, con defectos y virtudes.
Crecer con TDAH a muchos nos deja una sensibilidad extrema.
Muchas quejas, críticas, muchos mas castigos y penitencias, mas malas notas y reprobados sin sentido.
Cuantos de nosotros pasamos por el calvario de sentirnos el patito feo?
El recuerdo de la inestabilidad casi como si hubiésemos crecido sobre arenas movedizas.
Y el constante sabor de la inestabilidad emocional que le agrega otro tanto de condimento a cada recorrido.
De golpe se nos cae el techo en la cabeza, por una desilusión o un silencio.
Lo mismo que de repente sentimos que somos nominados a un Oscar, y saltamos en una pata sin posibilidad de freno.

Pues implica la responsabilidad del afecto sin desarrollar dependencia.
Por eso quisiera aclarar que este espacio es uno para tejer entre todos.
Adonde podemos volcarnos en busca de una palabra de aliento, de compañia, de entendimiento.
Abrazos virtuales para momentos de angustia, de soledad, de desánimo.
De esto se trata el círculo de manos adedianas, como me gusta llamar a la población elegida para expresión de estos genes inoportunos e intrusos.

Simplemente yo misma.
Simplemente tú.
Simplemente nosotros.
Tejiendo nuestra trama del reencuentro con quienes deseamos ser de aquí en mas, a puro diseño personal.
Que así sea.
Norma Echavarria
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario es siempre bienvenido.