ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

viernes, 21 de marzo de 2014

Piedra libre a Juana


Como siempre volvía en el subte abarrotado de almas exhaustas.
Días interminables que registraba en cada uno de los dedos de sus pies, amordazados adentro de sus zapatos chicos, que aunque viejos no habían perdido la incomodidad del calzado de liquidación, que por su crónica debilidad financiera eran los elegidos aunque fueran un numero mas chico.



Sin ganas de nada, sin saber que era lo que motivaba seguía yendo y volviendo adonde todos creían que debía. Pocas cosas le entusiasmaban, y cuando aparecía el entusiasmo era parte de lo efímero del día.
Y comía a regañadientes, para mantenerse flaca, infeliz pero entrando adentro de sus polleras de tablas. Y hacía reverencias a cuanto ser se posara frente a su persona.
Todos, todos eran vividos por ella como de una jerarquía superior interna. Siempre se calificó con números negativos.

Se daba cuenta que las noches de insomnio eran solo la oportunidad que su mente tenia de dar rienda suelta a sus ideas y sueños.
Tímidamente conocía que tenía un efecto parecido al del alcohol que tapaba sus agujeros internos.

Eso siempre fue un clásico. Pequeña insomne de incógnito, devoraba libros, novelas, historias de suspenso, historias de amores imposibles.
Metida en los personajes caminaba por la escena de otros.
Como ahora parada metida adentro de esos zapatos feos e incómodos.

Había nacido acomodándose al resto, teniendo una hermana mayor que daba trabajo, y luego una pequeña que provocaba admiración, ella era el jamón del sandwich.
Niña sonrisa, generadora de buenas respuestas en otros, una gran desconocida en definitiva.

Bueno, en ese entonces al menos se sentía algo.
Juana vivía simulando a Juana.
Juana era un guión perfectamente pensado.



En realidad Juana no existía, era mezcla de fantasía y una alquimia de personajes novelescos.
Juana era la mejor creación de Juana.
Una imagen impecable, de uñas pintadas de cabello sedoso, blusas planchadas y polleras de tablas.
Cuadernos prolijos, carteras combinadas, buenos modales, sonrisas dibujadas, jamás un no puedo, jamás un no quiero para nadie.
Solo para ella.
Un estrés hoy insostenible, un agotamiento por mantener las apariencias de felicidad y de eficiencia, cuando se sentía soberanamente sola y desgraciada. Y allí venía el atracón que llenaba su angustia con hidratos de carbono. Y así la coraza crecía ensanchando la capa protectora. Kilos de defensa que jamás lograron atenuar su soledad y su furia.

Y encerrada detrás de tanta fachada, una armadura de complacencia y necesitada de estima, seguía viajando metida adentro de zapatos incómodos.
Pero Juana ignoraba que dentro suyo vivía un ser libre. Sólo conocía sus apariciones en forma de pánico y necesidad de huida.
Tan asustada estaba que apenas osaba sacar el meñique por un ojal de su cubierta.

Juana recitaba las frases de la psiquiatra que había podido a verla. Piedra libre Juana

Una niña que amaba jugar a la pelota, pero nadie creía que fuese juego de niñas. Una niña que decidió frenar el dolor de las críticas metiendo su alma dentro de una armadura, y llenar el resto con tortas de chocolate, alfajor y galletitas., porque debía rellenar los espacios que quedaban entre la niña pequeña guardada y el envase que debía medir lo mismo que otros adultos.
Una mujer seria, responsable, elegante, inteligente, madura. Era su Juana fraude.
Pero Juanita la auténtica,vivía asfixiantes jornadas.
Y volviendo a su incomodidad, a su diseño voluntario de una Juana querible, se dió cuenta cuantas cosas había dicho su médica que generaron ruido.
Criticada por su madre por ser tan desaliñada, se había convertido hoy en una obsesiva de los detalles femeninos. Una increible cohartada para una mujer que escondía el caos adentro de un par de zapatos.

Criticada por su madre había dejado de jugar al fútbol, porque era de varones.
Ella se había acostumbrado a las renuncias, de hecho allí estaba aceptando lo que era una simple e infeliz supervivencia.
Juana estaba como suspendida dentro del vagón del metro.
Y así después de un rato, llegando a la estación Malabia, se dio cuenta que algo interno había cambiado.
Las miradas iban todas dirigidas a ella.
Su expresión sin embargo era una de satisfacción y de triunfo.
No había sido tan difícil hacerlo, no era tan difícil la tarea después de todo.
Solo por ello creyó que volvería a llamarla. Había sido la primera sesión de terapia de miles, en que había sido descubierta sin posibilidad de ejercitar su engaño.


A sus espaldas se cerraron las puertas del vagón y mientras se alejaba por los andenes las miradas ahora le generaban sensación de triunfo.
Después de todo, era el inicio del viaje de rescate.


Giró descalza, con los zapatos en su mano, buscó el primer cesto de basura con la vista y se acercó con paso decidido.
Dejó caer lo primero de lo que podría deshacerse.
Después de todo, siempre fueron chicos, incómodos y baratos...


Ella merecía algo diferente sobre que ponerse de pie a diario.

Del resto de la armadura se iría ocupando por la mañana.
Pensó en la Dra y le salió una sonrisa en la cara.
Supo al instante que esa, esa era la primer prueba que Juana tenía de que la verdadera Juana seguía viva.


Norma Echavarría
copyright
21 de marzo 2014













2 comentarios:

  1. Me veo totalmente reflejado, pero en varón.
    Necesito tener una estructura que me organice el día y de seguridad en todas las facetas de la vida. Para intentar agradar a todo el mundo, ser la moneda dorada que a todos gusta.
    Por otro lado entiendo la figura del poderoso gigante que baila vertiginosamente y en realidad es movido por un hombrecito pequeño en su interior, como en las fiestas patronales de aquí.

    Capas y capas de cuero y espinas, de estrategias para defenderme que al final me inmovilizan y no me dejan expresarme ni relacionarme con los demás.

    Javier CONCERTAdo.

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    1. Gracias por tu comentario javier.
      En realidad los cuentos, apuntan indistintamente, a veces son una Juana que podria aplicar a Juan, o viceversa. Sabemos que al menos decirle piedra libre y Liberar al pequeño/a es una posibilidad.
      Gracias y bienvenido al ADDianos team. :)

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Tu comentario es siempre bienvenido.