Afuera de la rotonda

Manuel pensaba claramente hoy, que tenia problemas.

Viajaba aturdido por el continuo monopolio de los registros negativos.

Tantos años circulando por carreteras llenas de obstáculos pasaron, que llegó a convencerse que no era un tema de caminos.

El problema era su propio recorrido, no sabía salir de las rotondas.

El universo de acciones posibles surgían detrás del torrente inconmensurable de buenas ideas. Muchas de ellas colgadas de una palmera, brotaban mientras hacia otras cosas.

Solo que no entendía ahora el porque de sus miedos, que si crecían sin registro.

Parecía otra nueva paradoja.

Subía con cada idea, pero cada vez se sentia mas pequeño, y la pila de miedos a punto de sepultarlo crecía sin temor alguno.

Y la pelea cotidiana con todo, agregaba a su derrotero el condimento de recetas marca Acme, aclarando que en vez de ayudarlo lo hundían aun mas en su desaliento.

Y seguía girando sin salir a ningún lado.

Deberías ser mas organizado... (nadie veía como se reproducian sus listas, ni cuantas horas pasaba solo dedicado al tema, al punto de ser coleccionista de aplicaciones para organizarse.)

Lo que pasa es que sos muy cómodo...( Mientras èl se sentia mas incomodo que caminando con zapatos tres números mas chicos)

Para que vas a empezar si  vas a dejarlo inconcluso? (cada fracaso era una marca de guerra)

No importaba como, todos los días irremediablemente se iba a acostar, ( muy diferente era poder dormirse) con la sensación de haberse perdido dentro de una maraña de proyectos pendientes.

Mientras tanto era como la fábula de la liebre y la tortuga. El aprendió a desarrollar altas velocidades. Tal vez porque corría los últimos cien metros para terminar contrarreloj cualquier tarea. Lo triste es que esos otros (que para él iban lento y eran merecedores de su peor mirada de desprecio) terminaban su carrera o sus propósitos mucho antes que él y con laureles.

Hoy sentado frente a la computadora, con la curiosidad que le ayudaba a desviarse de cuanta meta surgiese, se sorprendió de haber llegado a un puerto claro.

Puso en Google : fracaso, desaliento, baja autoestima, postergaciones, y apareció algo que lo dejo allí atrapado. Eran unos videos que parecían hechos a medida, para hablarle esa tarde, y después fue a leer un blog, hallazgo sin explicación alguna.

Si bien estaba contento porque parecía que había cierto sentido en todo, seguía sintiéndose totalmente falto de confianza. Tampoco esto sería para él, se dijo.

Eso si le salía fácil.

Parecía que brotaba por sus poros la vivencia constante de incapacidad mezclada con desconfianza.

El cargaba con archivos que ocultaban sus desengaños, archivos en donde se amontonaban sus sueños frustrados, sus fracasos disfrazados para el resto, inconfundibles para el.

Los miedos le gritaban al oído...

NO VAS A PODER !!!! NI LO INTENTES !

Su lado emaciado, desnutrido era el de su autoestima.

Si ni el creía poder, habría alguien que pudiera darle un trabajo?

Estaba constantemente expuesto a repetir acciones destinadas al fracaso. Jamás había entendido porque, aunque tal vez ahora aparecía la respuesta.

Años de terapia le llenaron espacios con palabras como auto boicot, fracaso al triunfar, miedo a superar al padre, deseos de victimizarse, disfrutar de la protección que le generaba el no madurar…... y cientos que no recordaba.

Pero su voluntad se vaciaba ni bien ponía manos a la obra en cualquier plan que iniciase.

No deseaba volver al pasado, pero no lograba realmente salir de el…

Su madre vivió alimentando sin saberlo, sus archivos de frustración y temores. Con comparaciones constantes....contando proezas del hijo de alguna amiga, o simplemente enumerando prolijamente la lista de sus derrotas.

Era la artesana del monopolio negativo. Sin dejar excluidas a sus amadas profesoras de los años escolares.

Una red nefasta de castigos y notas en el cuaderno rojo, le convencieron un poco mas de ser poseedor del don del desastre.

Sus caminos eran cual rotondas que generaban mareo y pseudo destino, pero de golpe aparecían señales nuevas. Tal vez se encendían las luces para ver la salida.

Iba a consultar, ni bien supiera cómo, pero por lo pronto tomó claramente la idea de armar un puente, ella decía rampas...ya ni recordaba el nombre.

El era experto en caminos, y le gusto la metáfora dado que su vida había sido una sucesión de emergencias viales. 
Por eso vivía dentro de una rotonda.

Cómo soñaba todavía con ser Ingeniero!

Y que lejos quedaban cada año sus sueños...

Decía claramente, que aunque tuviera él un problema, seguramente podría enumerar con detenimiento sus logros., y frente a las debilidades, y los obstáculos que se generaban, debería construir rampas. 

Puentes, rampas…

El material para hacerlo debía buscarlo entre sus fortalezas.

Acaso las tendría?

Podría aceptar ciertas debilidades, pero si construía un puente entre los kilómetros cuadrados de experiencias negativas, y aprendía a conectarlo con el pequeño reducto  que alojaba sus logros, iba a poder generarse solo el balance, porque en todo lo negativo seguramente habría material para cambiar de polo…Su gran problema era realmente el aislamiento...Debería vencerlo.

No solo su mente se aislaba enclaustrando experiencias negativas con muy buena memoria, sino que había terminado encerrado en el cuarto de la Pensión Universitaria porque ni ganas de salir quedaban.

Vivir era una carga. Vivir así, como ya no quería mas hacerlo.

Tenía muchas ganas de construir el puente.

 Se puso prolijamente a abrir un nuevo documento.

Allí anotó que por su propia voluntad había bajado 25 kg, lo había olvidado por completo.

Que pudo finalmente quedarse en Buenos Aires, cuando nadie ya apostaba por ello.

Que logro cumplir un año entero su responsabilidad laboral, sin haber llegado tarde!

Que era un muy buen amigo, que tenia sensibilidad y le importaban los otros.

Que hacia mucho que no se escondía detrás de las cervezas.

Logró encontrar cada vez más y más cualidades, que tal vez bajo la sombra de la pila de miedos habían logrado pasar desapercibidas.

Y pensó que haría con su colección de fracasos?

Tal vez podría entender que tenían en común y buscar el patrón que se repetía.

Podría, pensar en ciertos antídotos, para las ideas venenosas.. Risueñamente veía como volvía a despertarse en él su tan mentado ingenio.

Le gustó verse involucrado inmerso en el presente, tomar del pasado materiales para construir el puente hacia un futuro, no sin desaciertos, pero con algo mas de esperanza...

Asumir el compromiso no le costó nada de esfuerzo.

Estaba dispuesto a salir de la eterna rotonda.

Norma Echavarría

Cualquier parecido con vos es solo mera casualidad.

7 de Diciembre 2014