Dije antes que el TDAH no viaja solo.
Muchas de las situaciones que le acompañan, hacen mas complicado no solo el detectarlo, sino convivir con la situación asi potenciada.
Pero las emociones funcionan como un par de ruedas en una pendiente o plano inclinado.
Siempre dije desde mi experiencia, que moverme con el TDAH a cuestas, es como caminar en una pendiente constante, cuesta arriba. Para así en cualquier momento desbarrancarme tomando velocidad entre la altura y la fuerza de gravedad
Y para colmo de males con zapatos tres numeros mas chicos.
Todo genera un esfuerzo enorme, todo desgasta y agobia, y los pies se ampollan indefectiblemente.
Crecer con TDAH duele, y mucho.
Tener TDAH comparte el viaje así, con los famosos trastornos del ánimo.
Protagonista principal la señora DISTIMIA.
Muchas de las situaciones que le acompañan, hacen mas complicado no solo el detectarlo, sino convivir con la situación asi potenciada.
Pero las emociones funcionan como un par de ruedas en una pendiente o plano inclinado.
Siempre dije desde mi experiencia, que moverme con el TDAH a cuestas, es como caminar en una pendiente constante, cuesta arriba. Para así en cualquier momento desbarrancarme tomando velocidad entre la altura y la fuerza de gravedad
Y para colmo de males con zapatos tres numeros mas chicos.
Todo genera un esfuerzo enorme, todo desgasta y agobia, y los pies se ampollan indefectiblemente.
Crecer con TDAH duele, y mucho.
Tener TDAH comparte el viaje así, con los famosos trastornos del ánimo.
Protagonista principal la señora DISTIMIA.