Hoy les quiero dejar un mensaje que, si bien tiene un vínculo directo con el Deficit de Atención e Hiperactividad, que es el tema central de mi interés, tiene mucha mayor amplitud y abarca hoy a toda la Salud Mental.
Quisiera hacerlos partícipes de mi vivencia de incomodidad, responsable de mi silencio de este último mes, y compartir una reflexión que, es mi esperanza, ayude a abrir puertas hacia el camino del cambio. Tuve la oportunidad de estar en San Francisco, para el lanzamiento del nuevo DSM 5 y me ha llevado un tiempo pensar en lo que esta sucediendo.

Me tocó ser testigo de manifestaciones que aclaman porque se abandone el tratamiento farmacológico en niños...
Pero hablar no es es inocente.
Emitir opiniones o juicios es tomar una posición o un partido que implica otorgar valoración a lo dicho. Opinar es maravilloso, los seres humanos somos animales emisores de juicios.
El problema surge cuando afirmar y expresar en juicios, opiniones que pretenden ser portadoras de verdades absolutas, genera mas daño que el silencio.
No importa quien las emita.
Obviamente suele tener más validación si es emitida por un catedrático, o una autoridad en educación, o en salud, pero en definitiva somos todos seres humanos influenciados por nuestras creencias, emociones o intereses.
Las diversas opiniones enriquecen, pero debemos acostumbrarnos a escuchar sabiendo cuales son las fuentes en que cada uno basa sus conclusiones.
No creo que Tom Cruise haga medicina basada en la evidencia.
Porque, por ejemplo, si es invocada como fuente una nota brindada hace varios años por un catedrático reconocido, muchos darán por verdadera esa opinión solo por la investidura que lo distinguiera, ignorando que dicha opinión fue producto de un error de traducción, que el mencionado catedrático, ya fallecido, nunca podrá aclarar.
Cuando la web, que es una maravillosa red que permite conectarnos en forma instantánea con lo que sucede en el mundo entero, está infectada cada dia mas por juicios falsos y opiniones sin fundamento científico alguno, puede tornarse una telaraña que atrapará en sus hilos a niños, adolescentes y adultos convencidos de haber recibido una información verdadera.
Y crecen negocios, y multiples ofertas de tratamientos que prometen cosas incumplibles.
El periodismo, muchas asociaciones y profesionales de diferentes áreas persiguen cada uno sus propios intereses. Porque el EGO sigue cotizando en bolsa.
Pero en esa maraña, lo que se suscita es confusión y caos. Para padres, que confundidos evitan tratar niños que como en el caso del TDAH afectados por un desorden del neurodesarrollo, tienen altísimas posibilidades de padecer adicción a drogas. De esas que no las recetamos los médicos.
Debemos acostumbrarnos a ser mas cuidadosos, mas críticos, a estar mas atentos, a considerar que no porque algo esté publicado, es necesariamente verdadero.
Pues la ciencia es también el cementerio de las verdades del pasado.