ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

miércoles, 18 de marzo de 2020

Mientras tanto



Mientras el silencio se va apoderando de las aulas, los docentes preparan las clases virtuales. Entre ellos tampoco pueden tocarse.
Muchos chicos en mi país no tienen agua, caminan al colegio, mucho menos tienen computadoras.
Todos a dos metros de distancia.
Siento que nuestra sociedad ha dejado a esos niños, separados por mucho mas que eso.

Quién hubiera dicho que dos metros se sentirían como dos kilómetros?

Mientras tanto en las casas crece el bullicio, vuelven a escucharse corridas, risas, llantos, pero en ellas desaparece el silencio.
Casas deshabitadas, cuartos antes de paso y con indiferencia, vuelven a oler a colonia de bebé, a chocolate, a galletas recién hechas, a café con leche, con suerte.
Mientras tanto muchas casas no tienen el espacio para todos juntos despiertos.
Vuelve la realidad a golpearnos la puerta con crudeza.
Muchas de esas casas no son propias, y los alquileres deben pagarse con el trabajo que ahora estará también en cuarentena.

Podemos alejarnos un tiempo de un virus, pero la realidad entra por las rendijas de las puertas.

Mientras tanto los padres juntos o separados solo podemos mirar vigilantes que nuestros niños, pequeños o mayores se laven muy bien las manos.
No podemos imaginarnos que se metan un dedo en la boca, que se rasquen la cara, que se resfrieguen sus ojos.
Miramos con dolor a nuestros ancianos, que no dejan de pensar con angustia en los magros recursos que manejan. No saben de home banking, no usan whatsapp. Ellos solo viven de hacer colas en los bancos, en Pami, o en las farmacias. Hoy a dos metros, no se escuchan. Siguen solos, olvidados por un estado que los vive estafando.

Mientras tanto nada es como antes.
Todo ha cambiado sin preguntarnos si estábamos de acuerdo.

Como muchas cosas en esta vida, de pronto la fragilidad de nuestra propia impermanencia asusta.
Mientras estábamos caminando por la cornisa del Default, todo parecía no ser tan grave.
Colas de autos a la playa, restaurantes, teléfonos nuevos, cerveza y boliches.

Mientras tanto nada generaba tanto silencio. Será que nos iguala el temor, ¿no es cierto?

Una pausa por la brutal muerte de un joven, casi une a un país dividido.
Un país perdido sin rumbo claro, con las velas sueltas. Un país dividido intencionalmente : Divide y reinarás, dijo César.

Mientras tanto sigo mi día y todos hacen las mismas preguntas: estuvo en alguna zona de riesgo?, tuvo síntomas como tos, dolor de garganta, fiebre? estuvo en contacto por mas de 15 minutos con alguien que tenía síntomas?  .....mi mente se va de viaje, y pienso, pienso..
¿Será porque cerraron las fronteras?, ¿porque los vuelos no despegan?, ¿será que puertas adentro  aislada voluntariamente , mi mente debe escaparse?
Allí recuerdo que soy de la especie de los dispersos, y me permito seguir volando.

Vuelve a mi recuerdo Victor Frankl, y sus palabras acerca de como siempre somos libres, a pesar del encierro, de la adversidad, del dolor.
Somos libres de elegir que hacemos con lo que nos sucede.
Pensaba en aquellos campos de concentración Nazi, donde el frío y el hambre dolían, donde el aislamiento y el hacinamiento humano, convivían con la incertidumbre como lo único cierto.

Mientras tanto, muy de a poco vamos tomando conciencia del valor que tiene la vida, no es cierto?

Esperamos al que sale a la calle, como si hubiera bombardeos afuera y esto señores aún no ha comenzado.
Lo que realmente importa es que despertemos de una vez por todas.
Que seamos protagonistas y nos juntemos todos aunque haya que respetar los dos metros.
Nos dividieron intencionalmente para quedarse con todo.
Que la cuarentena nos ayude a sanar fronteras adentro.

Es muy triste que el mundo haya tenido tantas muertes para recordar que la ciencia es mas importante que los territorios, que la familia es la base segura no el dinero, y que el estudio y la formación es la llave que mas puertas abre.
Que la mayor riqueza es la que cultivamos por dentro, la que surge de compartir con el que nos necesita, o la que surge al unirnos con otros,  por el bien de todos.

Un país que mantuvo con un subsidio la miseria generada por el hambre de poder, hoy nos deja a todos expuestos para librar una batalla en una dura desigualdad.

Y allí mi mente volvió a aterrizar en Latinoamérica.

¿Sabemos acaso que el orden y la administración son cruciales?
Bajaron de los barcos nuestros ancestros, para hacer de este país lo que fue, el granero del mundo.
Un sitio de gente que aspiraba a prepararse, a estudiar, a hacer grandes cosas. Todo en la época en que Europa estaba bombardeada. Como ahora, porque toda Europa está colapsada
¿Entendimos que quedarse viviendo al día no permite enfrentar emergencias? Que hay que trabajar para salir adelante, que tenemos que repartir educación y no dinero?

¿Entendemos que sostener un estado inoperante con los millones de impuestos es como llenar un balde agujereado?

De nada te sirve la casa en Miami, el auto de 100.000 us$, el yate, la casa del country, las cuentas en Suiza, de nada sirve argentinos y argentinas de la política, si el virus decide meterse mal contigo.

Fachadas de hospitales, que no tienen recursos,  ni insumos, profesionales exigidos y mal pagados, serán hoy los que  peleen sin dormir por la vida de cada argentino enfermo, cuando todos lleguen. La tuya no será una excepción.
No importará el color de tu tarjeta de crédito, ni si sos plan Platino de tu obra social.
La capacidad asistencial es pequeña para los que somos.

Pensaba en Israel.

La miserabilidad y avaricia humana asignó a los sobrevivientes del holocausto un desierto sin valor. Para esos pocos judíos sin tierra, una limosna que calmara almas sin domicilio propio. Una dádiva para vanagloriarse de la generosidad del resto.
Una tierra prometida y muy pequeña que habitada y transformada con la grandeza admirable de un pueblo sabio, hoy está invirtiendo sus recursos en científicos que buscan hallar la vacuna para el COVID -19.

¿Que ironía no?  Una tierra hecha de arena, pero llena de personas que supieron unirse para recrearse después de tanta muerte injusta, se educaron, invirtieron en progresar y defenderse.

Si logramos aprender de todo esto que nos pasa que tenemos que trabajar todos juntos, que debemos eliminar los privilegios que otorga la corrupción a esos pocos, entonces este Coronavirus habrá pasado por acá con un sentido.

Mientras tanto, escucho el maravilloso sonido del piano de fondo.
Mi hijo está en casa, y terminó su largo día de estudio.

Norma Echavarria
Médica Psiquiatra



jueves, 27 de febrero de 2020

IKIGAI- DHARMA- FLOW = mi camino conciente

IKIGAI

Leyendo, escuchando, viendo un post vaya a saber donde, encontré esta mágica palabra. Como siempre mi curiosidad lectora me lleva a las fuentes, acabo de terminar este hermoso libro que os recomiendo de Hector Garcia y Francesc Miralles: Ikigai, el secreto japonés hacia una vida larga y feliz.

Mientras avanzaba en la lectura, me reencontré entre sus paginas con las citas a otros libros que ya había leído, dándome cuenta de que hace rato mi interés ronda en esta búsqueda de bienestar pleno, en mi vida.
Para el autor de  Flow, (Mihaly Csikszentmihaly ) el secreto de la experiencia optima estaba en lograr un estado donde casi perdemos la noción del tiempo, nos fusionamos con aquello que elegimos hacer, casi sin percibir esfuerzo o cansancio..donde para entrar en este estado debemos tener una meta y un objetivo claro. Para Stephen Cope, debemos hallar nuestro Dharma o vocación en la vida. Para Daniel Pink, no habra motivación sin propósito ni practica, para Victor Frankl vivir conscientes del sentido que le damos a nuestra existencia, de la conciencia que siempre podremos elegir que hacer y que sentir con aquello que nos suceda. Una extensa fila de autores ahora se tomaban de la mano para cerrar este circulo de búsqueda.


Para ello Mihály sostiene que tenemos que tener ATENCION FOCALIZADA.

Encendida por el desafío de imaginar que una persona con TDAH estaría exenta de la posibilidad de fluir.
 Empezó una lectura que obviamente me llevo nuevamente al principio, a releer el magnìfico libro de Viktor Frankl. El hombre en busqueda de sentido, y mi camino por la lectura fue tomando forma.
Yo era una buena representante de poder tener estas experiencias de fluir, y a la vez tremendamente desatenta.

Para poder Fluir, necesitamos Motivación...( alli devoré el libro Drive de Daniel Pink) donde encontré que la Motivación depende de tres elementos: 
                            nuestra habilidad en eso que vamos a hacer
                           la autonomía para elegir y accionar por nosotros mismos (no por    premios ni castigos) 
                         y un Propósito..
Un para que hacer lo que estamos haciendo...

Y allí me di cuenta que siempre acciono con un propósito, esa palabra es la que representa el IKIGAI de la cultura japonesa, y que aprendi de muy pequeña de la mano del entusiasmo y la pasion contagiosa de mi padre.

Necesitamos un propósito en nuestras vidas. Y si no sabes cual es el tuyo, te invito a iniciar la busqueda.

Todos tenemos uno. Muchas veces es obvio, y otras muchas es el resultado de una exploración abierta y persistente.
Es nuestro DHARMA. Otra de las fuentes de mis lecturas. ( Stephen Cope)

Todo PROPOSITO debe ser posible, presente y claro.
Mi propósito fue siempre aprender y ayudar, y ser protagonista de mi vida.

Para que no nos aburra, ese propósito debe representar algún tipo de desafío, y para que no nos de ansiedad y lo abandonemos debemos de reunir las habilidades necesarias para encararlo.

Muchos son los que constantemente pierden la motivación, y caen en el vacío de sentido.  Una sociedad de corto plazo y con metas constantemente cambiantes, poco permite el aprendizaje de esta practica. No es tan solo patrimonio de los afectados por TDAH.

Y es una conclusion importante la de transmitirles que podemos practicar hasta desarrollarnos como seres capaces de sostener esa motivación tan escurridiza.

¿Como? Bueno... 

Todos somos buenos en algo...a veces en mas de una cosa.
Todos tenemos placer en hacer algo, a veces varias cosas.
Pues debemos unir las habilidades y el disfrute junto a un propósito que nos exceda.. algo que haga que como responsables de esa actividad pasemos de largo, desaparezcamos.. 
Allí nuestro ego desvanecido no aplicara sus fuerzas devoradoras e insatisfechas.
Es decir lo que sea nuestro propósito podrá trascendernos. 

Sostener la motivación, tambien requiere de atencion, de foco, como aclare mas arriba.
Pues si le damos entrada a cuanto estimulo nos toque la puerta, pues andaremos cual barrilete sin cola, como velero a la deriva. 
Nos puede confundir el no darnos cuenta que vamos perdidos, porque esta sociedad sobrevalora la velocidad extrema. Valora el multitasking como una cualidad del exito. Nada mas erróneo.

Tomemos conciencia, que podemos elegir siempre que hacemos con lo que nos pasa, porque intencionalidad en nuestras acciones es sinónimo de rumbo.

Mis deseos hoy son de compartirles estas reflexiones por si alguno acaso tiene ganas de bucear en ellas. De ser protagonista de su propio cambio. De apagar un rato sus pantallas salvo para la musica o la lectura.

Tener control sobre lo que hacemos, es hacerlo con intencionalidad. No es lo mismo que ser inflexible o exigente. Tener control sobre lo que hacemos, impide que lo que hagamos nos controle a nosotros mismos.

Disfrutar de una vida plena, llena de energia y libertad, no depende de ganar mucho dinero. 
Si logramos cubrir las básicas necesidades para vivir sin angustia, el resto de la felicidad no la trae una abultada cuenta bancaria, sino el vivir con un sentido.

Necesitamos disfrutar del camino de nuestras vidas. De como dia a dia podemos tornarnos seres mas complejos y mas simples simultáneamente.
Les dejo con la inquietud y ahora vuelvo a mis tareas.
Que tengan todos un excelente dia.

Norma 

domingo, 2 de febrero de 2020

Tiempo de cambios.


La vida es una constante sucesión de cambios. Pero nos desayunamos tarde.



Siento que nos quedamos en algunas etapas acopiando cosas, títulos, estados.
Y nos engaña así la sensación de constancia cotidiana.
Nos ayuda a mentirnos cual conquistadores que se adueñan de unas tierras, olvidando que la vida es simplemente un viaje.
Partimos como locomotoras, y vamos enganchando vagones. No importa si uno o muchos.
Vamos tan concentrados en tirar de las formaciones (que aparte suelen ser pesadas), que olvidamos que en los vagones todo lo que sube se bajará tarde o temprano.

Hasta las locomotoras en medio del recorrido puede dejar de funcionar.

Nos instalamos en una casa, la amoblamos, le agregamos o le quitamos paredes, la pintamos, la usamos y volvemos a pintarla, y cambiamos lámparas, cubrecamas, modelos de heladera, televisores.
Compramos un auto pequeño para una familia pequeña, cambiamos por uno mas grande, porque los chicos, la abuela y el perro todos juntos no entran.


Compramos moisés, sillas de auto, cochecitos, sillas de comer, corralitos, practicunas, cambiadores, ponemos rejas a las piscinas y a las escaleras para luego sacarlas, compramos o adoptamos un perro, volvemos a pintar, ampliamos los espacios, miramos clasificados inmobiliarios para mudarnos: en el supuesto caso que podamos darnos esos lujos. 

Pronto volvemos a comprar cochecitos, y sillitas y todo recicla porque nos aventuramos a una segunda vuelta como padres. Y en mi caso repetí este ciclo cinco veces. Mi primer hijo se bajó demasiado pronto, y yo volví a desafiar el dolor de su partida invitando a otros cinco a subirse al recorrido. Mi locomotora nunca se detuvo mucho en ningún sitio, algo no demasiado bueno por cierto.

Así como les cuento es que siento vivimos con la sensación de estar recomenzando todo el tiempo.

Alimentamos una falsa seguridad al apegarnos a todo lo que sumamos.







Somos animales de costumbre: al poner la llave en la misma puerta, de la misma casa, con la misma numeración, caminar por las mismas calles.
En mi caso en el mismo vecindario por 28 años. Viví en mi casa, mas años que en ninguna otra.
Nos apegamos y nos aferramos tanto a nuestros barrios, que muchos de nosotros volvemos al sitio donde comenzó la historia de nuestros abuelos. Somos sentimentales hasta en eso.
Muchos mandan a sus hijos al mismo colegio al que fueron en su infancia, muchos transitamos la vida repitiendo tradiciones que nos ayudan a vivir esa ilusión de continuidad eterna.

El apego es un hábito que alimenta el dolor cuando aquello que tenemos aferrado cambia o inevitablemente se pierde.

domingo, 15 de diciembre de 2019

2019 de limones




Un año atrás este mismo día del mes, yo estaba en Córdoba. Había ido a celebrar el cumpleaños de mi madre, con el Sr con el que estaba saliendo. Después de mucho, Norma enamorada, sonaba promisorio. Podría parecer apresurado, pero una madre de 91 y un padre de 94 eran motivo suficiente para dejar protocolos de espera. Ya teníamos presentación oficial con mis hijos así que no sonó nada loco proponerlo y juntos hacerlo posible.
De hecho, fue un hermoso fin de semana. Volví mas enamorada de lo que me había ido, con planes para ir en febrero a algún sitio por esa misma zona juntos.

Soñé el 2019 como un año de despegue, de cambios importantes, de grandes celebraciones. Era para el horóscopo chino el año del Chancho, mi año.
Las celebraciones son buenas, solo que había olvidado que a veces se arruinan y se transforman en pesadillas.  
En noviembre se publicó oficialmente mi primer libro, y para disfrutar el proceso dejé la presentación para abril. Un libro que estuvo detenido casi 10 años, parirlo era un orgullo.

También ese mes se complicó la situación de la venta de mi casa. Nuevo código de ordenamiento urbano. Decidí participar, y exponer en la audiencia mi punto de vista, y adherirme a limitar lo que consideramos varios vecinos un posible desborde urbano.
A mí otra vez me hubiera convenido quedarme callada. Pero no puedo con mi genio. Terminamos armando un plan de remodelación de mis consultorios, para prepararnos para el peor de los escenarios. No poder venderla.  Nada mejor que tener un arquitecto al lado para darles vuelo. Empezaría la obra en febrero.
Me sentí muy orgullosa de hacer planes y no dejé que mis impulsos me desorganizaran.
Me senté a mirar el futuro como quien mira el amanecer en el campo.

Llegó el libro, después de múltiples demoras, volví a acomodarme decidiendo no engancharme en la queja, agradeciendo haber dejado 5 meses para ponerlo en la escena pública.

Pero empezó el 2019 ya con indicios de que las cosas serían como luego fueron.
Navidad y año nuevo anticiparon los momentos de desapariciones, y empezó el diluvio de limones del cielo. El candidato definió una fuga silenciosa, que tuvo fin el 3 de enero.
¿Bienvenido 2019?

martes, 30 de julio de 2019

Vivencia de Impostor



Un adulto que vive desconociendo su TDAH, crece sintiéndose diferente al resto.

Entender como nos afecta la falla en nuestras las funciones ejecutivas cerebrales, no alcanza para aceptar que siempre funcionaron de la misma forma.

Nos acostumbramos a veces en forma graciosa, sarcástica, irónica o cruel, a insultarnos en silencio.



A sentirnos impostores, irresponsables, tontos, torpes, menos que el resto.

Muchos, sienten entonces que sus " desgracias" son atributo de atraer la mala suerte, de sentirse  inadecuados, como un karma que les acompaña.
No importa si como yo, logran graduarse con honores en una Universidad prestigiosa.

Las heridas de guerra que nos acompañan no cierran, mas bien son reabiertas en cada tropiezo, en cada fracaso.
Vivir se torna una sucesión de crisis. Tener TDAH implica sufrimiento.

Esperar como ya una profecía, que algo importante se nos olvide, que algo se rompa, o se pierda, es todo un escenario cotidiano.
Elegir callar, para evitar ese comentario impropio, incrementa mas el rumiar por dentro, creándonos un mundo que ampare la fantasía de tal vez algún día sentirnos mas aptos. Implica aislarnos, frente a lo difícil que resulta salir y compararnos con el resto.

Creer que puede repararse tanto daño tan solo con una medicación o un diagnóstico es algo que considero iluso.

Sin embargo es a través del tratamiento, que un adulto logra dar coherencia y sentido a su propia historia.
Una medicación no nos hace leer los libros que se apilan, de hecho muchos ya medicados tienen largas listas de objetivos pendientes.
Pero al menos, nos devuelve la posibilidad de elegir, en vez de ser rehenes de un cerebro sin timón, y sin rumbo.

Sentirse impostor, surge de saber que nos falta una formación formal.
Un estudio tal vez acreditado por un certificado, o un título.
Sentirse impostor es una vivencia horrible, que me acompañó muchos años de mi vida.

Saber que mi cartera por dentro era el fiel reflejo de mi desorden, ese que debía evitar que se viera.
Hoy medicada, tengo el placer de volcar mi cartera si algo no encuentro. Porque me sigue siendo difícil organizarla.
Pero no tengo vergüenza, me siento absolutamente libre al dejar visible aquello que antes tanto trabajo me llevaba esconder.
Tener TDAH no nos hace superhéroes así como tampoco irresponsables.
Acceder a un tratamiento nos permite ser quienes podemos ser realmente.

No dejen de aceptarse cada día, y buscar ser la mejor versión de sí mismos.

Norma E