ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

sábado, 16 de junio de 2012

El arte de ser un buen padre

Ser Padre de hijos con TDAH Celebrar el dia de los padres, puede que sea una mas de las fechas comerciales para promover el movimiento del mercado.
 Celebrar con nuestros padres, o siendo padres con nuestros hijos es una elección que dependerá de cada uno, y puede ser diaria.
Mañana se celebra el día del Padre en Argentina.
Si ser padre es difícil, serlo cuando un hijo tiene Déficit de Atención es un enorme desafío.

Si son hiperactivos, inquietos, desafiantes, parecerán desobedientes, intolerantes, o se mostrarán irritables, emocionalmente vulnerables, y desgastarán la paciencia del mas paciente de los progenitores.

Si son desatentos, pasivos, distraídos, harán que la vida se vea incrementada por una carga extra constante, vivirán mirando que no olviden o pierdan sus pertenencias, o que terminen sus tareas, manejen su aburrimiento y lleguen a hacerse cargo de las cotidianas responsabilidades.
 Sumado a este arduo trabajo, seguramente se añadirán las vicisitudes del impacto de estas desventuras en la pareja parental.
Culpas que se pasaran de un lado a otro, tratando de responsabilizar a alguien por semejante frustración.

Fui una niña inquieta, divertida, y sonriente, traviesa, curiosa e impredecible. Extremadamente olvidadiza y distraída, generando permanentemente la demanda de adquirir lo ya adquirido por haberlo perdido.
Fui una niña que quería tener éxito académico, pero luchaba con las faltas de ortografía, la caligrafía ilegible, la falta de memoria, y la dificultad para recordar lo estudiado.
Era una niña solitaria, a pesar de tener un millón de amigos.
 En medio de la cotidiana desventura de sobrevivir a un trastorno ignorado, mi mejor AMIGO FUE Y SIGUE SIENDO MI PADRE.
El tuvo la paciencia, las sonrisas, que son fundantes para que un niño crezca sintiendo que es valioso. El tuvo la energía de enseñarme a estudiar de manera que jamás fuera mi conclusión que era yo la del problema.
 El silbó, cantó, y me mostró con su ejemplo, que no hay mejor proyecto que el que se termina.
 Ser papá biológicamente es demasiado simple.
 Tanto que debe de haber muchos hombres que ignoran que tienen hijos por algún sitio.
Ser padre desde el amor, no es algo con lo que se nace.
Y ser un buen padre, es un arte.
Y mi padre es un artista.
Pudo guiarme para que yo viera que se puede ser lo que uno desea si ACEPTAMOS como somos.

 Para mi padre, el mas eterno agradecimiento.
Nunca se dio por vencido, jamás dejó que el enojo se tornase un insulto, ni una humillación que hubiera agregado mas peso a la que ya yo vivía diariamente.
Para quien me enseño a disfrutar de la vida inmensamente,y me mostró mis fortalezas ignorando mis debilidades!
GRACIAS PAPA!!!!!

 Norma Echavarria

martes, 12 de junio de 2012

Cuando olvidarse puede ser bueno.

Discusiones.
Agresiones.
Críticas duras, palabras hirientes, comentarios impropios.
Míos o de otros.
Poco importa.
A veces las palabras siguen resonando en la mente, como se mantiene de alguna manera envasado el ruido del mar adentro del caracol que habita en el fondo o es traído a la costa por la marea.
Poco importa en mi caso porque también suelo olvidarme el contenido de la discusión.



Pasado un tiempo ni registro queda de ella.

Y cuando queda veo que lo que recuerdan siempre queda fuera del contexto en el que fue dicho.
Y es recordado como lo escucharon, que no es lo mismo que como lo dije.
Por eso muchas veces me adjudicaron frases que no eran de mi autoría, pero ese otro, mi interlocutor,  reconstruía un diálogo imposible de ser discutido, considerando que todo dialogo  es imposible de ser reproducido.
En ello, muchos corrieron con ventajas.
Muchos sostuvieron palabras que no eran mías.
Ante la duda callé muchas veces.
No puedo vivir entonces en el resentimiento, o el rencor.
Porque olvidar las palabras portadoras del daño, hace imposible sostener semejante emoción.
Y es bueno, y malo el olvido.
A veces debería poder al menos reproducir algún fragmento, para lograr comprender mi reacción en el instante.
Porque esa si la recuerdo luego.
Como el cráter después del impacto de un meteorito que estrella en la superficie de la tierra.

Quisiera recordar mas de lo que recuerdo, porque no quiero ser rehén de los extremos.
Todo o nada.

Para aprender y seguir este proceso de lidiar con mis emociones danzarinas.
Solo me convencí que lo que quiero si recordar es mi estado de bienestar y danzar en mi tiempo de calma.

Pero estoy mejor.
Mucho trabajo me ha dado.

No necesito recordar palabras, tan solo el registro de mis emociones.
Desconectar de las palabras del otro, eso me lo quedo, es un don maravilloso.

No quiero desconectar el proceso por el cual puedo encontrar las mías.

 ¿Que voy a decirme cuando me sienta agredida?
¿Cómo volveré a caminar aceptando al otro como es mientras sepa siempre como deseo ser yo en mi propia vida?

Y allí reside el secreto.

No siempre es tan malo entonces no recordar que nos dijeron.
Son solo palabras, y podemos hacer muchas cosas con ellas.
Tal vez estos sean los únicos olvidos con los que no luchemos.

Norma Echavarría
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12/ 6 / 12


lunes, 11 de junio de 2012

Aplausos cerrados

A veces nos quedamos girando en falso.
Repitiendo errores, o situaciones que mil y una vez prometimos corregir.
Y nos prometemos empezar mañana.
Nos entusiasmamos con nuestro propio optimismo.
Y salimos disparados cual cohetes al espacio.

Miles de ideas, se tornan en miles de proyectos, o solamente se enredan en la mente ocupando espacio, y distrayéndonos de aquello que deseábamos hacer unas horas antes..

Pero es tan lindo subirse a los nuevos proyectos...que pronto olvidamos las inseguridades, el aburrimiento, los conflictivos obstáculos que nos derriban ese estado de ilusión constante de la fase del brainstorming.
Y el placer en si quien lo desestimaría?

Solo que nos quedamos en ese plano, preparativos....
Me recuerda cuando de pequeña mi madre decía....
Pasaron todo el día preparando el escenario, la escenografía, escribiendo, borrando, reescribiendo el guión de un juego....que jamás jugaron....

Lo interesante es que allí aún ignorando mi TDAH, me quedaba en la etapa de vuelo libre, donde mi imaginación jamás sería recortada por ninguna realidad frustrante.

Años pasaron.
Sigo armando escenografías y escribiendo guiones.
Mi único recaudo?
Garantizarme que haya estrenos con Grand premier y aplausos.

No lo olviden, es hermosa la adrenalina del inicio, mejor si llegan a disfrutar del proceso, y mas aún cuando puedan incorporar los aplausos.

Imaginen el estreno, y mantengan firmes sus voluntades hasta llegar a correr el telón finalizada la obra.
Después me cuentan que sabor tienen los aplausos  cerrados !

Norma Echavarría
copyright
11/6/12

jueves, 31 de mayo de 2012

Del 1 al 10. Cual es tu promedio?

Contar nos da una idea de orden numérico.
Para algunos adultos escuchar calificar de uno a diez le traerá recuerdos escolares angustiosos.
Pruebas sorpresa, aplazos, materias reprobadas, o zafar gustito. Seis o nueve materias a diciembre...para darlas todas en una semana. Y obviamente escuchar sistemáticamente la frase....Si estudiaras un poquito, con lo inteligente que sos...
Ansiedad, sensación de fracaso. Nuevas repeticiones.


Para otros, como en mi caso particular los números fueron un certificado de aptitud, una exigencia, surgida a partir de invertir horas y días que deberían haberse capitalizado en esparcimiento, y fueron absorbidas en estudio y esfuerzo. Y solidificaron una vivencia interna de ser menos inteligente que el resto, pero coleccionando 9 y 10...
Para mentes con dificultad de retener lo aprendido,un recurso de compensación ante la ausencia de diagnóstico, para mentes cuya memoria de trabajo les dio trabajo, una cámara de tortura de marzo a diciembre.
Hoy plantear la escala numérica solo tiene el objetivo de otorgarle otro sentido.
Cambiar la asociación nos puede hacer bien cuando ya crecidos nadie mas nos debería poner notas. 
Aunque decidamos seguir estudiando, las notas no serán las que califiquen si aprendimos o no lo hicimos.

Usemos la escala numérica para decidir cuando algo esta bueno para nosotros.
Salgamos del conformismo de quedarnos con cosas de solo 2 puntos, para pasar a 9 o 10 si es lo que deseamos.
Recurramos a nuestra entrenada sensibilidad numérica para prestarle atención a los momentos categoria 3 y salir ni bien podemos de ellos....

Quedarnos en algo desaprobado por nosotros mismos, ya no vale mas, no esta bueno.
Y esa es mi propuesta!
Definamos cada uno de nosotros lo que es importante, aquello adonde deseemos crecer e instalarnos. Lo que elijamos porque podemos hacerlo.
Allí seamos ambiciosos.
Yo quiero sacarme un 10!!! en todo, y si me encuentro momentaneamente con un aplazo, si puedo levantarlo ese mismo día será un compromiso conmigo.
Por ejemplo:
Vivir en una relación hostil es un aplazo absoluto.
Subir la nota allí tendrá muchas variables, pero será un aplazo si aceptamos el destrato..lo mismo que cuando aceptemos la indiferencia.
En mi caso para darles una idea....volver a remar se torna un 10 con mención y medalla de oro!!!
Porque me costó mucho esfuerzo hacerme el tiempo y priorizarme para volver a sentir la libertad y el placer que me dan las palas y el río...
En como y que almuerzo, en como duermo, en mi tiempo libre, en mi respeto por los otros, en mi firmeza, en mi fidelidad a lo que para mi son principios de vida, quiero un 10!

domingo, 27 de mayo de 2012

Juan y Maria Parte III


Ellos buscaban infructuosamente la salida, pues de vez en cuando, aunque fuese muy de vez en cuando, se encontraban casualmente.
Y vivían momentos intensos y apasionados. Pero sin palabras. Sin gestos, sin manifestaciones de sí mismos.
María lo había logrado en parte, había hecho que el hombre que ella miraba con críticas y desprecio, se tornara un doble.
El había renunciado a su identidad.
Ella renunció a su ideal.
Y seguían juntos.
Sin posibilidad tampoco de separarse, ambos dependían uno del otro.
Porque necesitaban quejarse, pues era el deporte elegido para mantenerse vivos.
Y seguían subidos a la rueda del hámster. Sin moverse pero agotados de caminar en forma constante.
Juan perdía la vida a diario, y María sentía el peso de tener que reanimarlo continuamente.
Pero ninguno podía darse cuenta que ella era simultáneamente la asesina y la heroína que salía a socorrerlo.
Por que no lo dejaba morir de una buena vez?
Era una forma de disfrutar de una pobre alma moribunda?
O era el único ser al que podía destruir sin que opusiese resistencia?
Ella lo amaba y lo dejaba recuperarse, para volver a darle muerte, sistemática y consecuentemente.
Un ciclo sin fin, un ciclo eterno
Pero Juan estaba abatido, cansado y había decidido bajarse.
Esta vez era una acción imprescindible.
Juan había sido paciente miles de veces. Juan entraba y salía de las depresiones como María lo hacía del auto.
Juan tenía taquicardia, y pánico y miedos casi injustificados.
María volvía a la carga.
Pero se amaban o necesitaban vivir en medio de algo que si bien les resultaba una desgracia y una queja, les era conocido y familiar.
María era demasiado controladora. María medía cada acción en términos económicos.
María quería tomar decisiones todo el tiempo.
Juan era indeciso.
Juan no podía elegir entre más de dos opciones.
La única cosa clara era el darse la espalda en la cama, como una señal de muerte del deseo. Las peleas, los reclamos, los enojos hicieron polvo el amor eterno que se juraron.
Así estaba sentado ese día, frente a la puerta.
Mirándola como un niño mira la vidriera de una juguetería, fascinado pero limitado por lo inaccesible de sus capacidades.
Juan quería seguir con la mujer que había conocido. Juan reía a carcajadas en el principio de la historia.
Porque ella era ocurrente, y protectora, positiva y enérgica, organizada y operativa.
El creyó que dejarla ocuparse iba a hacer su vida más fácil.
Mucho más amigable.
Pero María tenía demasiada energía.
O lo arrastraba, tironeándolo a la fuerza, marcando un surco mientras lo hacía, suficiente como para luego reprocharle su pasividad, o argumentando que debía empujarlo, pero totalmente sola.
María vivía quejándose de su soledad acompañada, y Juan de su compañía opresora.
Y Juan siguió pensando en lo que había hablado ese día en la consulta con la psiquiatra.
Había salido un poco descolocado.
Fue a buscar consuelo, aunque sabía que no era ese el objetivo de una terapia, fue a buscar respuestas y volvió saturado de preguntas.
Sería acaso posible?
Podría entender que todo lo que lo había atormentado en medio de la inacción y el ocultamiento tenía nombre?
Pensó que para pensar mejor, podría salir a caminar un rato. Sorprendido de repente, en medio de una acción y una iniciativa, tomó las llaves y salió casi sin dudarlo.
Sentía el cambio inminente.
Podría acaso María acompañarlo? Quería él que esa María, su carcelera lo acompañe?
Y sin saberlo aún, María volvía ese mismo día a su casa, repasando en su mente una y otra vez el mail que había recibido en su oficina.
De la psiquiatra de Juan, que muy gentilmente se había presentado, pidiéndole que tuviese a bien leer el material adjuntado. Era algo así como un termino enfoque psicoeducativo para familiares de personas con Deficit de atención e Hiperactividad.
Suponía que debía encontrarlo a su marido en él.
Un adulto que aparentemente tenía un trastorno. Ella siempre sintió que era diferente.
Si, un adulto desatento, desorganizado, pasivo, tímido, confuso, y complaciente, de poca iniciativa, dudoso, y constantemente motivado por ideas nuevas, que solo llegaban a la pista de despegue, pero carreteaban pocos metros y se iban de allí a los hangares.
Pero volvía caminando, desconcertada.
Volvía repitiéndose una y otra vez las frases encontradas...
Personalidades también Hiperactivas, impulsivas, poseedoras de una enorme e inagotable energía, poco tolerantes, exigentes, inflexibles, rígidas y tremendamente críticas...
Dueña de una fuente inagotable de ideas, pero con pocas terminadas. Mucha cáscara y pocas nueces. Quien le habría contado a esa misteriosa psiquiatra que ella también estaba escondida detrás de la máscara de la eficiencia?
Volvió así a su casa sin reparar en el camino, siempre había manejado rápido, le gustaba manejar con mucha adrenalina, le gustaba empezar cosas nuevas.
Había estacionado el auto en la cochera, y lo había hecho casi con la pasividad que Juan mostraba.
Sin reparar que esa conducta era una de las tantas en recibir sus dardos y sermones.
Era tan crítica con los errores de los otros que nadie podía accionar cerca suyo.
Como le había sucedido a Juan.
Aquel hombre seductor, y apacible que le brindó el oasis de la calma que nunca pudo generar por sí misma.
La verdad reveladora era una sentencia de muerte.
Pero no para su matrimonio.
Para la máscara.
Llegó a su casa asombrosamente tranquila, como en automático se quitó el sacón.
Lo dejó tirado sobre el sillón del hall, igual que hacía Juan cada vez que regresaba, dos minutos antes que ella destruyese su accionar con miles de comentario negativos.
Caminó hacia la cocina, sin reparar en mil cosas que estaban fuera de lugar. Estaba absolutamente hipnotizada por la verdad reveladora.
¡Ella, ella había sido descubierta! Y ahora que iba a decirle a Juan?
Mientras tanto, Juan ponía sus llaves en la cerradura de la puerta de entrada.
Venía pisando más fuerte.
Venía sintiendo que la energía volvía a su cuerpo.
Juan no estaba moribundo, alguien le dio esperanzas de vida, respiración boca a boca.
Retumbaban las palabras de alivio, una y otra vez. TDA, trastorno por déficit de atención.
Una y otra vez sonriendo las repetía, mientras juntaba a su paso, el sacón que vio tirado fuera de lugar.
Llegaron juntos, pero sin cruzarse.
Ella inmersa en el silencio de la verdad mas seductora y paralizante, él envuelto de una melodía que casi sin darse cuenta transformada en silbido.
Un silbido alegre, que despertó del ensueño a María que salió corriendo en su búsqueda.
 Y pudo abrazarlo en silencio.

Fin.

Pocas historias de parejas donde el Deficit de Atención se encuentra si diagnóstico tienen finales felices.
Los conflictos, y la gran insatisfacción crónica dejan rehenes a muchos sujetos sin oportunidades.
Pensalo. Podemos cambiarlo si salimos a divulgar la existencia de este problema.
Gracias¡


Norma Echavarria
copyright. 2007-2012