Elena necesitaba toda la mañana de ser posible para dormir entregada a los brazos de Morfeo.
Casarse a los 23 era como un sacrilegio en el lenguaje de Elena.
Elena tenía todo friamente calculado, recibirse, luego trabajar y asentarse, casarse y viajar todo lo que podia...entre medio de tardes al sol y lecturas entretenidas. Novelas, por cierto.
Ella leía el último libro en inglés, todos los articulos que llegaban a su mano, siempre tenia algo nuevo que compartir, solo que era monotematica en su medicina...
Ella es un personaje de Mafalda, la amiga que sueña con ser mama y ama de casa...Quino, un genio...
Cuantas veces Mariel habrá escuchado y leído historias de Mafalda, sin poder traer de su archivos de memoria, el nombre del genial Quino? Así de inentendible le seguía resultando su amiga. Le parecía tan inteligente, y tan inconsistente que marcaban la clara incongruencia que la caracterizaba en sus decisiones.
Cuando en ese entonces el resto era muy poco.
Mariel vivía el sueño de volver a casa sin miedos, sin caras de desaprobación ni de reproche.
Vivian felices y ocupados. cada uno con lo suyo.
El estudio de Mariel dejaba espacio para la cocina, las compras los amigos, y su deseo de ser mamá fue desplazando la prioridad de graduarse. Estudiar no tenía mas rumbo que ir a las clases, cuando lograba superar el aburrimiento mortal que le despertaban.
No sabía que es lo que haría después de recibirse. Las especialidades le resultaban iguales. Nada era tan apasionante entonces como completar el sueño de ser madre.
Por ello como siempre salía con la suya, insistió en la sabiduría de la madre naturaleza.
Mientras jugaba a la casita, volvía a su departamento deseosa de llenarlo de niños...
Norma C Echavarría
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septiembre 2012, tarde pero seguro...
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