Maternidad con M de Mariel y de Matrimonios
Elena
cuyo tecito jamás terminaba siguió entre recuerdos y emociones perdidas...Mariel quería ser madre...
La casa
era pequeña aún para ellos dos solos.
No había demasiado espacio para reformas, pero se ocupaba de
instalar ganchos en cuanta pared tuviese enfrente.
No sabía porque necesitaba ver donde estaban las cosas, pero a esa
altura ya había aceptado que era mejor
encontrarle soluciones a sus continuos problemas. Heredado por su padre
desarrollo un excelente instinto organizador de espacios.
Porque todo lo que no estaba agarrado a su
cuerpo quedaba apoyado y olvidado en algún sitio.
Menos
donde debía estar cuando volviera a
necesitarlo.
El primer
bebe nació y partió apurado. Dejando a Mariel patas para arriba en medio de un
nuevo capítulo lleno de lagrimas. Mariel
que todo perdía perdió su gran sueño en menos de una semana.
Pérdida fue una que cargó consigo en silencio y soledad
por siempre.
Ellas
viajaban juntas al Hospital para cursar Pediatria, como olvidar las paradas
inevitables que mariel debía hacer por sus continuos vómitos.
Iba a
demasiadas revoluciones, de un lado para otro, sin registro de que no viajaba
sola.
Si ser
resiliente es posible, ella era la mejor representante.
Según varios relatos de otra amiga en comun, ver a Mariel, entre pañales y muñecos de trapo, galletitas
caseras y libros era lo cotidiano.
Siempre
sonriente y sin señales de cansancio..
Mariel
sin embargo despertaba cualquier cosa menos indiferencia.
Muchas
miradas de envidia, de asombro frente a su agilidad, y sus brazos
multiplicadores de acciones danzando como tentáculos de molusco.
Y solo verla
seguir con su ritmo, mareaba a cualquiera.
Joaquin
su marido prefería dejar que ella se hiciera
cargo. De todo, todo lo que no comprendía su trabajo. También administraba su sueldo, porque ella seguía estudiando para transformarse en algo, que no tenia bien
claro.
Y Mariel
seguia sumando actividades. Los niños pequeños la acompañaban en sus itinerarios
nosocomiales, mientras por la tarde literalmente montaba en su living una sala
de jardin de infantes.
Tres
pequeños al hilo.
Todo
parecía sencillo. nada podía detenerla, casi nada.
Y su
dualidad cursaba entre los fideos que secaba en el barral de su cortina, y los
papers que leia entre panqueques que apilaba para organizar su tiempo.
Mudados
de piso, sumando actividades, recupero su mirada arquitectonica.
Tiro
paredes, bajo techos, pinto cuartos, diseño cortinas y cubrecamas para
los niños.
Ir a
visitarla era todo un problema. Ella era madrina del varón que era el segundo hijo.
Entonces Mariel estudiaba Ginecología.
No pudo entender si era que
le fallaba la matemáticas, o se olvidaría de pedirle a tantos ginecologos consejo acerca de una
estrategia anticonceptiva.
Pero
Elena se convenció tras años de conocerla, que la palabra planificación y estrategia no se encontraban en el registro de su
amiga.
Continuará
Norma Echavaría
copyright
2012
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